Hoy día, los estudiantes sufren la presión de los exámenes, y los docentes la de enseñar a sus educandos para que obtengan las puntuaciones más altas. Esto ha llevado, a la agrupación en el contenido; a ejercicios interminables, memorización y aprendizaje superficial, como además, a que se dedique menos tiempo y esfuerzo en clase para desarrollar el pensamiento crítico y creativo.
El término pensamiento eficaz, se refiere a la aplicación competente y estratégica de destrezas de pensamiento y hábitos de la mente productiva, que permiten llevar a cabo actos de pensamientos recapacitados, como por ejemplo: tomar decisiones, argumentar y otras acciones analíticas, creativas o críticas. Todas las personas que son capaces de pensar con eficiencia pueden utilizar esas destrezas y hábitos por iniciativa propia, y son capaces de monitorizar su uso cuando les hace falta.
El pensamiento eficaz está formado por:
- Destrezas de pensamiento.
- Hábitos de la mente.
- Metacognición.
No obstante, las personas no suele dedicar mucho tiempo a esta forma de pensar. Existen múltiples ejemplos de actos de pensamiento poco eficientes, como sacar conclusiones precipitadas, no explorar todas las alternativas posibles, distinguir los síntomas de un problema el problema en sí mismo, ignorar que es necesario aplicar una destreza determinada, no comprobar el trabajo hecho, saltarse pasos en una rutina o dejar que los sentimientos los influyan en el momento de sacar conclusiones.
El perfil establecido de interpretar dicho enfoque se basa en definir un cuadro clasificatorio de destrezas que constituyen el centro de atención en un número específico de clases. Especialistas en cognición, conocimientos académicos y enseñanza han proporcionado listas de lo que ellos consideran destrezas de pensamiento. A veces, las dividen en “destrezas de pensamiento crítico”, “destrezas de pensamiento creativo”, “análisis”, entre otros. Habitualmente, estas categorías contienen, ejercicios de comparar y contrastar, clasificación, predicción, generación de posibilidades, causa y efecto, toma de decisiones, entre otros.
El proceso de pensamiento eficiente requiere de uno o dos componentes para su correcto funcionamiento. Estos componentes suelen estar incluidos en la idea de seguir un plan mental, como es:
1. La necesidad de seguir procedimientos o rutinas,
2. Saber dónde, cuándo y por qué es apropiado emplear un procedimiento.
3. Conocer información específica sobre destrezas.
4. Poseer la información sobre lo que deseamos hacer.
5. Saber dónde podemos encontrar la información para conseguir respuesta.
En síntesis, desarrollar la competencia que nos haga pensar de forma eficiente, implica asimismo ser competentes. El uso activo de las destrezas de pensamiento resulta beneficioso en los contenidos curriculares. Lo que intenta el pensamiento eficaz, es ayudar a los estudiantes a que aprendan más sobre los contenidos y sean capaces de aplicar de forma eficiente las destrezas de pensamiento en diversas asignaturas y contextos.
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