Contenido Disponible

Días Online: días

Suscripción

Ingrese su dirección de correo electrónico:

Entregado porFeedBurner


Blog Educativo fundado por Docentes 2.0 ® el 7 de Junio de 2013

SECCIÓN DE INFOGRAFÍAS.

No hay comentarios.:

La infografía es un diseño gráfico que dispone de textos y elementos visuales con el fin de comunicar información precisa sobre variadas temáticas. Esta técnica acerca al lector a los elementos, ideas o acontecimientos más importantes de un determinado tema, como: dónde ocurrió, cómo se llevó a cabo, cuáles son sus características, en qué consiste el proceso, cuáles son las cifras, etc.


El objetivo principal de estas infografías educativas es facilitar la teoría y ofrecerla de una forma llamativa y entretenida, que anime a los estudiantes de estudiar los contenidos que en ellas se desarrollan.

Nueva sección de Infografía, puedes acceder a través de este Enlace .



LAS COMPETENCIAS DE LOS DOCENTES.

No hay comentarios.:
La facilidad reflexiva, la profesionalización, el trabajo en equipo, nuevos proyectos, autonomías y responsabilidades crecientes, pedagogías diferenciadas, centralización sobre las situaciones de aprendizaje sensibilización en relación el saber, son escenarios que están trazando una guía para un nuevo oficio, esto surge en relación a una crisis en un tiempo en que los docentes tienden a mirar a sus grupos y a las prácticas que se han mostrado válidas. 

Perrenaud considera que los cuestionamientos y valorar la urgencia, esa es una manera de caracterizar la especialización de los docentes, en el sentido que de tres docentes se puede hacer uno, ello marca un nivel de análisis para el estudio de las competencias, camino este que está en sus inicios . La especialización, el pensamiento y las competencias de los docentes son objeto de innumerables trabajos, inspirados en la Ergonomía, la Antropología Cognitiva, la Psicología y la Sociología del Trabajo, así como también el análisis de las prácticas docentes. 

Pretender abordar el oficio de docente de un modo más concreto, lleva a un compilación de competencias que contribuye a perfeccionar la actividad docente. Perrenaud toma como guía referencial de competencias, lo adoptado en ginebra, para la formación continua, en cuya elaboración participó activamente. Este análisis lleva al autor a una profunda reflexión pedagógica y de investigación educacional. Las competencias asumidas en su obra son reagrupadas en 10 grandes familias, se valoraron numerosos criterios y puntos de vista de diversos autores, para un tratamiento más enciclopédico de las diversas facetas de la educación. Pero en esta obra el propósito es otro, consiste en hablar acerca de las competencias profesionales privilegiando aquellas que emergen en la actualidad, no se sustenta en analizar las habilidades que se han venido considerando para la docencia, sino que se enfatiza en el hecho de que, las competencias representan un horizonte mucho más amplio que las habilidades profesionales. 

La intención se relaciona con orientar la formación continua para tornarla coherente y acorde a las renovaciones en función del sistema educacional, en un período de transición agravado por la crisis de las finanzas públicas para la institución educativa. Es por ello que se hace necesario plegar nuevos caminos. De forma general se está de acuerdo en que los docentes deben dominar los saberes que serán enseñados, ser capaces de dar clases, de dirigir un grupo y de evaluarlo, también, por ejemplo, deben dirigir los progresos del aprendizaje y desarrollar a los estudiantes en sus propios aprendizajes y en el trabajo. Cada elemento referencial para las competencias puede de igual forma llevar a prácticas con anterioridad selectiva y conservadora o a prácticas democráticas y renovadoras. Para saber de qué tipo de institución educativa y de pedagogía se habla se hace necesario tener en cuenta estas valoraciones.

Resulta igualmente importante un análisis más crítico acerca del funcionamiento de las competencias establecidas, sobre todo para hacer una enumeración de los conocimientos y metodologías que las movilizan. De este modo un trabajo a profundidad sobre competencias consiste: 

  1. Primeramente en relacionar cada una de ellas a un conjunto determinado de problemas y de tareas. 
  2. En segundo lugar en tener en cuenta los recursos cognitivos (saberes, técnicas, actitudes, puntos de vista, competencias más específicas) movilizados por la competencia en cuestión. 

No existe una forma neutra de realizar este trabajo, porque la propia identificación de competencias supone opciones teóricas e ideologías y por tanto una cierta arbitrariedad en la representación de la actividad profesional y sus diferentes facetas. 

Las discrepancias no serían sólo apenas de contenidos sino también de está la oportunidad de describirlas competencias docente a las de forma metódica, en los primeros momentos se tiende a verbalizar y a hacer colectivas consideraciones sobre el oficio docente, los docentes de algún modo tienden a expresar su respuesta personal ante estas cuestiones ¿Qué enseñar? ¿Qué es lo que hay que aprender? El referente asumido intenta aprender el movimiento de la profesión insistiendo en 10 grandes familias de competencias, lo cual no es definitivo sino sujeto a enriquecimiento. Además de que ningún referente puede garantizar un consenso completo y estable de una profesión o de la operacionalización de las competencias. 

Estas 10 familias son: 

  1. Organizar y dirigir situaciones de aprendizaje.
  2. Dirigir el progreso del aprendizaje.
  3. Tener en cuenta y desarrollar los requerimientos de diferenciación.
  4. Desarrollar a los estudiantes en sus propios aprendizajes y en su trabajo.
  5. Trabajar en equipo.
  6. Participar en la gestión de la institución educativa.
  7. Orientar y desarrollar a los padres.
  8. Utilizar nuevas tecnologías.
  9. Afrontar los deberes y los dilemas éticos de la profesión.
  10. Administrar la propia formación continua.

LA FORMACIÓN DEL PROFESIONAL EN EDUCACIÓN.

No hay comentarios.:
John Dewey nos proyecta un modo de actuar correcto ante la formación del profesional educativo: “La responsabilidad de seleccionar condiciones objetivas lleva, pues, consigo la responsabilidad de comprender las necesidades y las capacidades de los individuos que están aprendiendo en un tiempo dado:” Es de allí la importancia que tiene para un docente el buen conocimiento y la adecuada comprensión de los procesos psicológicos internos del estudiante para un buen manejo y orientación de la meta educativa por excelencia: Aprendizajes de calidad o significativos. 

Al momento de relacionar que todo docente que pretenda ser un verdadero profesional de la educación deberá poseer un marco teórico que oriente su actividad, que lo haga ser capaz de propiciar aprendizajes significativos, creativos e innovadores, atendiendo a los rasgos que los estudiantes de su salón de clase poseen. Para ello, el docente tendrá que ser capaz de crear situaciones diferentes, en base a una o varias teorías del aprendizaje que permitan al estudiante aprender. 

David Ausubel nos aclara que: “Es en base a una teoría del aprendizaje como podemos establecer nociones defendibles de la manera como los factores decisivos de la situación de aprendizaje-enseñanza pueden manipularse efectivamente”. En este sentido, el docente tendrá que aplicar, rediseñar o inventar estrategias, metodologías o técnicas que estén acorde con lo que los estudiantes necesitan para poder aprender. 

Reiteradamente Ausubel nos aclara este punto: “Existe una relación íntima entre saber cómo aprende un estudiante y comprender cómo influyen en el aprendizaje las variables de cambio, por una parte, y saber qué hacer para ayudarlo a aprender mejor, por otra”. Nos deja claro, que la enseñanza será efectiva si se conocen y se manejan los principios que regulan el aprendizaje. Un profesional de la educación que conozca los temas convencionales de la Psicología Educativa, sobre todo los que se concentran en la naturaleza del aprendizaje, tendrá claro que no será nada conveniente plantear, por ejemplo, problemas abstractos a un estudiante de 6 años de edad, subestimar la capacidad intelectual de los adolescentes o considerar negativo el egocentrismo en un estudiante de 4 años; esto según Piaget. 

Así mismo, un docente al momento de su evaluación deberá también valorar positivamente el aprendizaje que uno de sus estudiantes realiza con la ayuda y soporte de uno de sus compañeros y no apreciarlo de modo negativo; tal como nos lo advierte Vigotski. Por otro lado, buscar relacionar, en las estructuras cognitivas de los estudiantes, los conocimientos nuevos con los precedentes, es el mayor legado que Ausubel nos ha dejado. 

Éstos y otros modos de actuar más se podra adquirir de manera adecuada si y sólo si revisamos y estudiamos las principales teorías contemporáneas del aprendizaje. Al respecto Rosa del Carpio de Bermuy considera, entre otras, las siguientes teorías que explican el proceso de aprendizaje: 

  1. Las Teorías Asociacionistas Estímulo-Respuesta. 
  2. La Teoría de la Jerarquización del Aprendizaje de Gagné. 
  3. La Teoría Genética de Piaget. 
  4. La Teoría del Aprendizaje Significativo de Ausubel. 
  5. La teoría del Aprendizaje por descubrimiento de Bruner. 
  6. La Teoría Socio-cultural de Vigotski.

Por tanto, será válido decir que uno de los rasgos más importantes del perfil del docente actual será su conocimiento de los principios psicológicos generales y los del aprendizaje en particular, en contraposición con la educación tradicional que no se tomó el tiempo necesario para mirar al interior del individuo que aprende. 

En síntesis, podemos decir que Psicología Educativa, y su importancia para la labor docente, desarrollado por Ausubel: 

  1. Descubrir la naturaleza de aquellos aspectos del proceso de aprendizaje que afecten la adquisición y retención a largo plazo de cuerpos organizados de conocimiento. 
  2. El amplio mejoramiento de las capacidades para aprender y resolver problemas. 
  3. Averiguar cuáles características cognoscitivas y de personalidad del estudiante, y qué aspectos interpersonales y sociales del ambiente de aprendizaje, afectan los resultados de aprendizaje de una determinada materia de estudio, la motivación para aprender y las maneras características de asimilar el material. 
  4. Determinar las maneras adecuadas y de máxima eficacia de organizar y presentar materiales de aprendizaje y de motivar y dirigir deliberadamente el mismo hacia metas concretas. 

También podremos subrayar que ningún o poco valor tendrá una clase que no se haga significativa para el estudiante, es decir, que no responda a los períodos, estadios, necesidades o intereses por los que éste esté atravesando. La relevancia de los conocimientos psicológicos y su aplicación en la educación es algo por lo que los educadores y futuros educadores debemos siempre mantener para una más sólida formación y nuestro éxito en el terreno educativo.

LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA.

No hay comentarios.:
Un profundo cambio pedagógico y social ocurrió entre el siglo XIX al XX en la expansión de la institución educativa como forma educativa hegemónica en todo el globo. En ese tiempo la mayoría de las naciones del mundo estableció su educación básica y la volvió obligatoria, lo que dio como resultado una notable explosión matricular. La condición de no escolarizado dejó de ser un atributo bastante común entre la población, al punto de que muchas veces ni siquiera se lo entregaba, para convertirse en una señal degradante. La modernidad occidental avanzaba, y a su paso iba dejando a las instituciones educativas.

La institución educativa se convirtió en un innegable símbolo de los tiempos, en una metáfora del progreso, en una de las mayores construcciones de la modernidad. A partir de entonces, todos los hechos sociales fueron explicados como sus triunfos o fracasos, los desarrollos nacionales, las guerras su declaración, triunfo o derrota, la aceptación de determinados sistemas o prácticas políticas se debían fundamentalmente a los efectos en la edad adulta de lo que la institución educativa había hecho con esas mismas poblaciones cuando le habían sido encargadas durante su infancia y juventud. Una buena cantidad de análisis se han preocupado por explicar este fenómeno, desde aquellos que consideran la institución educativa como un resultado lógico del desarrollo educativo evolutivo y lineal de la humanidad, hasta los que han buscado problematizar la cuestión. Si bien consideramos que muchos de estos últimos tienen un alto poder explicativo, ninguno de ellos logra dar cuenta del motivo del triunfo.

La institución educativa es un epifenómeno de la escritura como plantean algunas lecturas derivadas de Marshall McLuhan, pero también es “algo más”. La institución educativa es un dispositivo de generación de ciudadanos sostienen algunos liberales, o de proletarios según algunos marxistas, pero no sólo eso, La institución educativa es a la vez una conquista social y un aparato de inculcación ideológica de las clases dominantes que implicó tanto la dependencia como la alfabetización masiva, la expansión de los derechos y la entronización de la meritocracia, la construcción de las naciones, la imposición de la cultura occidental y la formación de movimientos de liberación, entre otros efectos. 

Con el fin de explicar por qué triunfó la institución educativa, podemos presentar dos cuestionamientos a estas explicaciones:

  1. En primer lugar, muchas de las definiciones sobre el proceso de escolarización lo funden con otros procesos sociales y culturales como la socialización, la educación en sentido amplio, la alfabetización y la institucionalización educativa. Sin lugar a dudas, estos otros desarrollos sociales se escribieron en sintonía, pero no en homología y queremos destacar esta diferencia con la historia de la escolarización. Si bien todos están muy aplicados, cada uno de ellos goza de una lógica propia generalmente no contemplada, y que nos parece digna de atención para comprender sus especificidades.
  2. En segundo lugar, la mayoría de estas lecturas ubican el sentido escolar fuera de la escolarización, en una aplicación de la lógica esencia/apariencia o texto/contexto. Así, la significación del texto escolar está dada por el contexto en que se inscribe. Son los fenómenos extra-escolares capitalismo, nación, república, alfabetización, Occidente, imperialismo, meritocracia, etc.

Los que explican la institución educativa, que se vuelve producto de esas causas externas. Pero históricamente es demostrable que si bien estos contextos cambiaron, el texto escolar resistió. Durante el período de hegemonía educativa escolar se alzaron nuevos modelos sociales, se establecieron nuevos sistemas políticos y económicos, se impusieron nuevas jerarquías culturales, y todas estas modificaciones terminaron optando por la institución educativa como forma educativa privilegiada. La eficacia escolar parece residir entonces al menos en buena parte en su interior y no en su exterior, ya que este último se modificó fuertemente durante su reinado educativo sin lograr destronar a la institución educativa. 

En conclusión, resumiendo ambas críticas, pareciera ser que, como en el epígrafe de Borges que encabeza este trabajo, a los educadores modernos les (nos) es muy difícil ver la institución educativa como un ente no fundido en el “paisaje” educativo, lo que probablemente sea la mejor prueba de su construcción social como producto de la modernidad.

A fines del siglo XX vivimos una crisis según algunos, terminal de la forma educativa escolar. Probablemente, arribar a una solución no será fácil. Este aporte ha sido para pensar en la institución educativa no como un fenómeno natural y evolutivo, sino histórico y contradictorio, como una de las tantas, y no la única, opción posible. Sin duda, en el contexto actual tiene sentido continuar con algunas de estas viejas prácticas y conceptualizaciones, pero no porque las entendemos como las únicas posibles lectura derivada de la naturalización de la institución educativa, sino porque las seguimos considerando las más eficaces para lograr los fines propuestos. O, en otras palabras, seguimos optando por el camello porque hasta ahora es el mejor animal, y no el único, que nos permite atravesar el desierto.

LA EVALUACIÓN EN LA DOCENCIA.

No hay comentarios.:
La evaluación es un proceso de búsqueda del docente y los estudiantes, donde uno y otro verifican sus aciertos y desaciertos. Evaluar significa otorgar un juicio de valor. Su resultado es una retroalimentación para el estudiante y para el docente, de tal manera que puedan tomar las acciones correspondientes para asegurar el logro de los objetivos de manera óptima. 

La evaluación se realiza diariamente y no siempre involucra la asignación de una calificación. Por ejemplo, las preguntas de síntesis al final de una clase, o las preguntas de repaso sobre un tema anterior al inicio de la sesión, permiten verificar si los estudiantes dominan el tema y si es posible avanzar, o si es necesario explicar de otra manera, practicar más, profundizar, etc. La evaluación abre canales a los sentidos para identificar mejor las necesidades de los estudiantes y hacer accesible el conocimiento.

Tipos de evaluación. 

Evaluación diagnóstica. No hay un estudiante igual a otro. No hay un curso igual al otro. 
  1. Esta evaluación se produce al inicio del proceso. 
  2. La evaluación diagnóstica tiene como función orientar al docente para adecuar sus clases a cada curso. 
  3. Está focalizada en el estudiante, es decir, al realizar un test o actividad de diagnóstico, lo que debe interesarte es la información que puedan los docentes obtener de él. 
  4. En esta evaluación no hay límites externos. 
  5. El docente puede examinar por los aprendizajes o por las características de tus estudiantes; resultará útil para detectar las ideas previas que el estudiante posee en relación con el tema que se va a tratar. Igualmente, se pondrán de manifiesto las actitudes hacia la temática y el mayor o menor dominio de los procedimientos que van a ser necesarios para su desarrollo. 
  6. Evaluación de contenidos: Se trata de aquellos conceptos que al juicio del docente deben estar claros por los integrantes del curso, porque son la base de un nuevo conocimiento. 
  7. El docente debe revisa sus planificaciones del año pasado para que elabores el instrumento de diagnóstico de acuerdo a lo que consideras esencial del curso. 
  8. El docente debe retomar los exámenes que se hicieron en el año. Eso le ayuda a conocer cuáles fueron los énfasis del periodo anterior. 
  9. Si el curso es nuevo para el docente, debe contactar con tu director, coordinador o con el docente que trabajo con ellos el curso pasado. Para preguntarle por los contenidos vistos y por las características del curso. Muchas veces esto le ayudará a planificar estrategias de acercamiento. Una vez que tiene la información de cómo está el curso, puedes tomar las decisiones más oportunas para el aprendizaje: modificar lo que tenías planificado, agregar un espacio para el reforzamiento de los contenidos que estén más débiles, etc.
  10. El docente no puede llevar nota: porque se pierde la función diagnóstica de la evaluación. 
  11. No tiene por qué ser solo exámenes: puede ser una actividad programada. Lo importante es que tengas muy clara la pauta de evaluación, porque sin ella no podrá sistematizar la información obtenida. 
  12. La evaluación puede ser individual o grupal: dependiendo de si quieres tener una visión global o particular de tus estudiantes.
  13. No es sólo información para el docente: como toda evaluación debe ser devuelta a los estudiantes con tus observaciones para que ellos mismo puedan darse cuenta de su estado inicial ante los nuevos conocimientos y participen activamente en el proceso. 

Evaluación formativa. Son las evaluaciones que se hacen a los estudiantes durante el transcurso del programa. 

  1. Permiten obtener información sobre los progresos, comprensión y aprendizaje de los contenidos en cualquier etapa o momento del curso. 
  2. Las tareas, revisiones individuales, exámenes rápidos, autoevaluaciones y la técnica de pregunta son algunos de los métodos más utilizados. 
  3. Se da retroalimentación rápida al estudiante y le permite saber cómo va y que mejoras tiene que hacer.
Evaluación sumativa: Es la evaluación formal que se realiza al termino del programa para evaluar los habilidades, actitudes y conocimientos adquiridas por los estudiantes. Esta evaluación es más formal en cuanto a la presentación, las técnicas y las formas para llevar las calificaciones obtenidas.
  1. Método de evaluación cualitativo: método que arroja información hechos, percepciones, acciones o resultados expresados en forma descriptiva o narrativa.
  2. Método de evaluación cuantitativo: método que arroja un conjunto de hechos, percepciones, acciones o resultados expresados numéricamente.

LOS CUATRO POLOS DEL PROCESO DE INVESTIGACIÓN CUALITATIVA

No hay comentarios.:

A diferencia de la investigación cuantitativa, cuyo proceso de investigación tiene un carácter secuencial y distributivo, es decir un itinerario planeado a priori (diseño ex ante), la investigación cualitativa se caracteriza por una relación de diálogo paulatino con el objeto de estudio. 

Esto quiere decir, que el método se adapta en razón de las características particulares de aquello que se pretende estudiar, lo cual implica que el diseño de investigación es ex post, puesto que conserva un carácter provisional y su sentido es dado o se encuentra al finalizar el proceso. Esto se traduce en que la selección de la muestra, la recolección de los datos, el proceso de análisis y producción de resultados son simultáneos y mantienen una relación de reciprocidad entre ellos.






UN DOCENTE NUEVO Y DIFERENTE.

No hay comentarios.:
Hoy en día no se pone en duda la necesidad de contar con un docente nuevo y diferente, un docente que se haga cargo de ampliar en sus estudiantes las habilidades, destrezas y competencias que se requieren en este mundo para insertarse en él de la manera más adecuada. Efectivamente, el tema de la formación y de la institución educativa ha dejado de ser sólo una cuestión reservada a los sistemas educativos y sus respectivas secretarías. 

Los problemas y los retos están ahí, si los docentes tienen que sobrevivir a los ataques de la modernidad y la globalización, tienen que lidiar con los no deseados del mundo y con los propios. Transitar hacia otro tipo de docencia, implica entender que la institución educativa tiene que ofrecer conocimientos para posicionarse en el mundo, como lo apunta Yurén, lo cual sugiere reconocer que el modelo de formación y de institución educativa con que fuimos formados en nuestra etapa de estudiantes y el que promovemos ahora como profesores, no puede permanecer estático y mucho menos estar al margen de lo que pasa en el mundo, formarse para ser el docente del siglo XXI, supone una tarea que no por compleja y abrumadora tiene que desdeñarse, pues como bien lo señala Ibarra, nos ha tocado jugar con esta realidad que se asemeja más a la “realidad de lo deseado”.

La labor del docente fluye cotidianamente en varias dimensiones y temporalidades que se materializan en actividades concretas dentro y fuera de las aulas escolares. La atención a los estudiantes, a los padres, a las demandas administrativo-burocráticas, al tratamiento de contenidos, las comisiones, es el “pan de todos los días”. El tiempo, el control y la definición precisa de la acción docente, actúan como una “camisa de fuerza” que pone los límites y establece los contornos de los alcances del trabajo docente. Ante todo esto, no es raro preguntarnos acerca de cuáles son los márgenes y las posibilidades que tenemos para actuar con autonomía en cada una de las actividades que emprendemos, y, llegado el momento, esta misma situación ha de llevar a plantearnos cómo es que entendemos esa autonomía. 

Si el docente promueve una tarea novedosa para trabajar con sus estudiantes, correrán el riesgo de que sea cuestionada, salir al patio está limitado en algunas instituciones educativas, a menos que se trate de la clase de educación física o la hora del recreo. Tomar la decisión de hacer una visita didáctica a algún museo, zona arqueológica o parque puede ser un verdadero reto, no tanto por los estudiantes, sino por el tortuoso y laberíntico camino que ha de recorrerse para conseguir el permiso de los padres y de la institución educativa, en este sentido ha estado Contreras, donde establece una serie de hipótesis que resultan provocadoras para hablar del concepto de autonomía docente. Considera que ligado al tema del profesionalismo docente, la autonomía se instala en un discurso teórico e ideológico que contrasta con las condiciones de trabajo y que contribuye a ahondar en su ideologización. 

Para muchos docentes la palabra autonomía nos ha llevado a considerar las cualidades del oficio de ser docente; atendiendo a éstas hay quien señala que su autonomía se materializa cuando entra al aula, cierra la puerta, y decide qué hacer con su clase y con el grupo. Se trata de una relativa autonomía, como lo sugiere Apple, en donde existe una ambigüedad acerca de las atribuciones del Estado, la institución y el docente en lo que respecta al trabajo dentro del aula. En otras palabras, ¿Es suficiente con que el docente cierre su aula para sentirse autónomo? En la medida en que transcurren esas discusiones, encontramos también opiniones en las que se es más autónomo cuando más se especializa y se aumenta el capital académico–profesional. De este modo, existe un intento de escapar a lo que Contreras ha denominado la proletarización del labor docente, el cual se rige por la tecnificación y control racional de la enseñanza, que dicho sea de paso, se convierte en el elemento central de control externo del docente. 

Al igual que el obrero, el docente que está colocado en esa situación responde, acostumbrados a depender de la autorización externa para realizar ciertas tareas como en la empresa, a un modo de producción, su tarea es atender su disciplina y su materia, porque es la más importante de todas, perdiendo de vista cómo se inserta ésta en el entramado de la formación integral y global del alumno. Así como sucede en el Tylorismo, sostiene Contreras, el trabajo que realizamos ha pasado a formar parte de la cadena de producción escolar donde a cada uno de nosotros le toca “apretar una tuerca” o “colocar una pieza” en el proceso de enseñanza del estudiante. Quizá es aquí donde el docente debe detenerse a reflexionar acerca de cómo, cuándo, dónde y porqué dejamos de ser y ejercer nuestra profesión con autonomía y cómo es que les ha ido despojando poco a poco de la responsabilidad de atender la tarea de enseñar.

LAS ESTRATEGIAS EDUCATIVAS.

No hay comentarios.:
Las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) en los ambientes educativos no es una nueva tendencia, pero aún no están suficientemente claras las formas para interactuar en estos ambientes, que estimulen a los docentes y estudiantes a sacar el máximo provecho de las potencialidades de éstas. Sin embargo, la mayor parte de las instituciones educativas han promovido que el uso de las TIC en educación, represente una transformación de los paradigmas tradicionales de educación. Esto responde a las nuevas competencias que desarrollan y necesitan fortalecer los estudiantes, así como las exigencias de mercado laboral y social del mundo.

Esta innovación ha sido marcada por el aprendizaje activo y colaborativo, resultado de las diferentes vías de comunicación e interacción que ofrecen las telecomunicaciones. Muchos docentes ven en las TIC un medio que les puede facilitar su labor, otros consideran que por ser algo con lo que los jóvenes interactúan diariamente, el proceso de enseñanza y aprendizaje mejorará; sin embargo, conforme van implementando cursos en los que las añaden, se van dando cuenta que las TIC no son un medio de transmisión de conocimientos, sino que pueden convertirse en herramientas valiosas, que promueven ambientes de aprendizaje colaborativos, donde el docente deja de ser el centro del proceso para convertirse en un mediador de los temas que se traten en un curso.

Efectivamente, ser un intermediario en entornos virtuales, no significa cambiar el espacio de un aula tradicional a un aula virtual, cambiar los libros por documentos electrónicos, las discusiones en clase por foros virtuales o las horas de atención a estudiantes por encuentros en chat o foros de conversación. Significa encontrar nuevas estrategias que nos permitan mantener activos a los estudiantes aun cuando éstos se encuentren en distintas partes del mundo, originando la construcción de conocimientos y la colaboración.


Podemos definir la didáctica como la técnica que se emplea para manejar, de la manera más eficiente y sistemática, el proceso de enseñanza-aprendizaje. Los componentes que interactúan en el acto didáctico son: 

  1. El docente o profesor. 
  2. El discente o estudiante. 
  3. El contenido o materia. 
  4. El contexto del aprendizaje.
  5. Las estrategias metodologías o didácticas. 

Las estrategias didácticas observan las estrategias de aprendizaje y las estrategias de enseñanza. Por esto, es importante definir cada una:

  1. Las estrategias de aprendizaje consisten en un procedimiento o conjunto de pasos o habilidades que un estudiante adquiere y emplea de forma intencional como instrumento flexible para aprender significativamente y solucionar problemas y demandas académicas. 
  2. Las estrategias de enseñanza son todas aquellas ayudas planteadas por el docente, que se proporcionan al estudiante para facilitar un procesamiento más profundo de la información.

Clasificación de estrategias: 

  1. Estrategias centradas en la individualización de la enseñanza. 
  2. Estrategias para la enseñanza en grupo, centradas en la presentación de información y la colaboración.
  3. Estrategias centradas en el trabajo colaborativo. 

Para lograr un impacto importante en la educación con el uso de TIC es necesario que el docente asuma un nuevo rol en la plataforma virtual y pase a ser un facilitador del aprendizaje, lo que plantea retos importantes que, quizás, se han ido pasando por alto.

Ejemplos de retos en estos ambientes pueden ser: 

  1. Los aspectos afectivos.
  2. La mediación pedagógica.
  3. La socialización en el nuevo ambiente de aprendizaje.
  4. La promoción del trabajo en equipo.

Entre otros ambientes, que se pueden lograr por medio de los ideas antes mencionados y una apertura del docente a aprender del nuevo entorno, donde muchas veces sus estudiantes serán los expertos. Enfrentar con profesionalismo estos retos es lo que podemos llamar el legítimo compromiso de cada docente con la educación actual.

Mantener o mejorar la calidad de la educación en entornos virtuales es un aspecto que no podemos descuidar, consecuentemente, no se puede pretender únicamente trasladar a la plataforma virtual los materiales y actividades que se utilizaban en el aula presencial, sino que se debe desarrollar apoyos de multimedia que integren audio, imagen, texto y, si es posible, que sean interactivas, así como actividades que promuevan el aprendizaje colaborativo mediante herramientas lúdicas, trabajos cuya finalidad sea el desarrollo del pensamiento crítico y el debate, debido a que es necesario atraer al estudiante a este entorno, darle las herramientas y guías necesarias para que desarrolle las actividades y alcance exitosamente las metas propuestas.

EL PARADIGMA EN LA EDUCACIÓN.

No hay comentarios.:
Un paradigma es comprendido como un sistema de creencias, valores y técnicas que comparten los miembros de una comunidad científica. Podemos decir, que un paradigma es un modo de hacer ciencia que presume una forma de interpretar la realidad, una metodología para emprender y que asume los problemas típicos de investigación. Y esta a su vez, está estructurada bajo tres premisas que pueden ser caracterizadas como: Ontológica, Epistemológica y Metodológica o planos del conocimiento.

Un paradigma se rigen por algunos principios por nombrar algunos serian: conocer y comprender la realidad como un práctica; la unión de la teoría y la práctica; la integración del conocimiento, acción y valore; la integración hacia la autonomía y liberación del ser humano; propone la unión de todos los participantes; toma las decisiones consensuadas. Cuando se sitúa el paradigma investigativo en el tiempo y espacio y vemos su vínculo con la educación, al caracterizar la actitud científica de los investigadores ante los problemas que los ocupan en cuanto a orientaciones comunes o similares que lo protegen, al identificar las normas o reglas investigativas que rigen la actividad de los investigadores en el marco educativo, al descubrir los principios en lo que se basan los investigadores para abordar los fenómenos educativos. Esta metodología resultará muy útil para adentrarnos en la diversidad de paradigmas y sus clasificaciones.



VOCACIÓN O PROFESIÓN EN LA EDUCACIÓN.

No hay comentarios.:
Uno de los puntos claves en el tema de la profesión docente reside en puntualizar si existe o no una base de conocimientos de esta profesión que pueda considerarse científica. En este ambiente existen dos grupos de conocimientos que pueden ser reconocidos. Por una parte los contenidos, esto es la disciplina que se enseñará, y, por otra, las capacidades relacionadas con los procedimientos para seleccionar, enseñar y evaluar esos contenidos. Esta composición es compleja, por un lado, los contenidos disciplinarios no son simplemente teóricos sino que su aprendizaje implica acciones prácticas y, por otra parte, la complejidad es mayor si consideramos que no cualquier procedimiento es adecuado para enseñar los distintos tipos de contenidos o disciplinas. Se considera que, cada disciplina supone una didáctica y formas específicas de representación de sus contenidos y del trabajo con ellos. 

Tradicionalmente la vocación ha estado indisolublemente unida al docente y el enseñar se ha considerado un arte. Estas dos ideas, que disfrutaron de armonía durante mucho tiempo y que permanecen todavía en la mente de muchas personas, han evolucionado obligatoriamente con los cambios sociales. En el estudio de la vocación docente versus profesión se entremezclan dialécticamente elementos que han influido y están influyendo en el quehacer profesional de los docentes: la tradición, las transformaciones sociales, los avances de la investigación y las necesidades del docente.

La enseñanza, dirigida inicialmente a la educación de las minorías selectas que en el futuro tendrían responsabilidades de gobierno, siempre ha estado influida por cuestiones religiosas, políticas, sociales, ideológicas y económicas. En un momento en el que existía consenso en lo que era una buena educación, los fines y las propias funciones del docente determinaron la necesidad de disponer de docentes con una vocación ligada a la religión. En ocasiones, la vocación se unía a la eficacia y a un tipo de vida ejemplar de moralidad incorruptible. Enseñar a los demás es una obra de humanidad y no se entendía que alguien se dedicara a la enseñanza sin sentir la necesidad de ayudar a otros. La vocación como llamada tiene en esta época un sentido de servicio a los demás, de dedicación espiritual y alude a un tipo de docente sumiso, adaptativo y desinteresado por los bienes materiales. En este sentido son el ocuentes las palabras de Gil de Zárate:

“El carácter del docente de escuela debe ser tan santo como el del mismo cura párroco. Si éste da el pasto espiritual, sólo es después que aquel ha formado el corazón y el entendimiento de la humilde criatura que se pone a sus pies para recibirlo. El primer sacerdote para el niño es el docente: no es la iglesia, sino la escuela, donde se le enseña a conocer a Dios, donde se le instruye en los misterios y preceptos de la religión, y donde aprende las oraciones que va después a repetir en el templo”.

El poder dominante ha sido el más interesado en fomentar la vocación como instrumento para controlar al que enseñaba, lo que enseñaba y cómo lo enseñaba, y para suplir carencias materiales y formales necesarias para el desempeño profesional. Este componente vocacional ha colmado, por lo tanto, las exigencias oficiales; pero la necesidad de una competente preparación profesional, junto a unas mejores condiciones para el desarrollo adecuado de su trabajo, nunca se han separado de la vocación y han dimanado en todos los tiempos de los mismos que practicaban el noble arte de enseñar. La divergencia entre los administradores que planifican las tareas educativas y el docente encargado de llevarlas al aula ha sido evidente a lo largo de la historia social de la educación. La propia evolución de la sociedad ha hecho coincidir, con grandes matices, el ejercicio profesional de los docentes y el de los liberales en el marco de las organizaciones institucionales y empresariales.

Podemos afirmar que la enseñanza como profesión es relativamente reciente, porque una profesión se acredita por la población que atiende y la educación escolarizada no se generalizó visiblemente hasta bien entrado el siglo XIX. La vocación como componente indiscutible hasta no hace muchos años ha dado paso a otro concepto más actualizado como el de profesional o profesión. Pero este cambio viene forzado porque la insistencia en la vocación no resolvía los problemas de la enseñanza, ya que olvidaba las necesidades materiales y formativas que tenía el docente. Hoy nadie duda que el enseñar es una profesión, aunque el peso de la tradición sigue estando presente. Incluso desde otros contextos foráneos nos alertan de los peligros de desprofesionalización docente por la extendida aplicación de modelos empresariales regulados con normas minuciosas que representan la antítesis de una profesionalidad auténtica. La mercantilización de la educación y la creciente regulación administrativa contribuyen a la desprofesionalización docente. 

A Gervilla Castillo le parece lógico y justificado que se sustituya el término vocación por el de profesión, pero se pregunta si este cambio obedece a criterios educativos y es beneficioso para la educación, y explica las razones del cambio de vocación a profesión: 

  1. La tendencia de la sociedad hacia la profesionalización frente a la vocación. 
  2. Las infravaloradas connotaciones religiosas de la vocación. 
  3. La consideración de la vocación como algo antiguo en una sociedad tecnológicamente avanzada. 
  4. La mayor valoración de la necesidad económica de la profesión frente al altruismo y desinterés económico de la vocación. 
  5. La defensa de los intereses laborales y profesionales que se oponen a una vocación asociada generalmente a la espiritualidad y servicio incondicional.

Podemos concluir que la actividad docente es una profesión con vocación, una profesión de valores como afirma Esteve. Hay que señalar que la enseñanza y el aprendizaje cobran otra dimensión profesional en las organizaciones y en la sociedad del conocimiento. Aunque con frecuencia se hayan intercambiado los términos y prevalezca la profesionalidad, en ésta se incluye el vocacionalismo o compromiso personal para actuar como profesional, conociendo las exigencias de la tarea, sus conocimientos específicos, actuando éticamente y con la capacitación adquirida a través de la práctica, que va unida al porqué y al cómo. 

La asistencia a los demás y la preparación profesional del docente no son excluyentes, sino equilibradamente necesarias donde no es suficiente con el querer. Si antes la vocación necesitaba de la profesionalidad, ahora la profesionalidad precisa vocación. La idea general es que para la enseñanza se requiere una cierta vocación, pero reconvertida y actualizada a los parámetros que corresponde a un ambiente de pluralismo ético y moral. Las condiciones del ejercicio profesional docente para obtener plena satisfacción serían: 

  1. Vocación (inclinación natural para dedicarse a la actividad profesional de enseñar con entusiasmo, compromiso y confianza en el poder de la educación, dedicación especial y de servicio hacia los demás). 
  2. Competencia (formación profesional científica y técnica adecuada que le haga competente en todo momento en el ejercicio de la profesión).
  3. Actitud (de apertura, servicio a la comunidad y trabajo en equipos flexibles). 
  4. Dedicación (suficiente a la profesión procurando tener cualificados sus saberes). 
  5. Conocimiento de los deberes y derechos éticos (que puede asumir como compromiso moral y exigir a los demás).

LA DISCAPACIDAD INTELECTUAL EN EL AULA.

No hay comentarios.:
El docente es la persona facultada de orientar el proceso de aprendizaje en el contexto escolar; de igual manera debe ser un facilitador de estrategias y actividades que aporte al desarrollo integral de todos sus estudiantes; por consiguiente es importante resaltar algunas actitudes que facilitarán su labor con los estudiantes en general, y en especial con aquellos con discapacidad intelectual. 

  1. Creatividad: los materiales diversos y variados, atractivos y estimulantes facilitarán la interiorización de los conceptos. Cuando el docente proporciona elementos llamativos el estudiante desarrolla gran interés por explorar y aprender por él mismo.
  2. Flexibilidad: Es importante que el profesor esté atento a las señales que el estudiante emita, buscando interpretarlas y adaptarse a ellas; si él muestra interés por un material, quiere hablar de algún tema o desea realizar una actividad, el docente le ayudará y adaptará su trabajo de la mejor manera posible, esto favorecerá que los temas planteados en clase sean interesantes para el estudiante con discapacidad Intelectual y que el nivel de exigencia sea el adecuado. 
  3. Respeto: El estudiante con discapacidad Intelectual aprecia al otro y sus sentimientos con gran agudeza; por lo tanto el estudiante debe captar que su docente tiene deseo sincero de ayudarle, unido al respeto y aceptación de su persona, con sus dificultades y fortalezas. Si es preciso extinguir conductas inadecuadas del estudiante es conveniente corregirle sin condenarle; lo anterior permite que el estudiante vea a su docente como un ejemplo y como una figura de autoridad que desea su bienestar.
  4. Exigencia: tiene doble dirección la primera sobre el docente a nivel profesional, quien no debe bajar la guardia, preparar muy bien el trabajo, y conocer al estudiante para así identificar en que momento aumentar el nivel de complejidad en sus actividades. La segunda dirección corresponde a las habilidades que identifica en el estudiante y tiene que ver con no pedirle tanto que lo lleve a la frustración, pero tampoco tan bajo que lo desmotive y no le permita aprender.
  5. Alegría: el docente debe reflejar buen humor en las relaciones diarias con el estudiante, sentirse bien en su rol profesional y reflejarlo ante el grupo que dirige, llenarse de satisfacción con los pequeños logros que alance el estudiante; lo que para el docente es un logro pequeño para el estudiante con Discapacidad es un triunfo muy grande y le hará muy feliz cumplir con las metas que su docente le propone diariamente. 

Son fundamentales los aportes que brinda la participación del estudiante dentro del aula, dado que a partir de la socialización, el intercambio de ideas y las actividades grupales, todos los estudiantes incluidos aquellos con discapacidad intelectual fortalecen sus habilidades comunicativas, aprenden de sus compañeros y logran ser más pertinentes dentro de un contexto real. En relación a lo anterior es preciso dar a conocer algunas estrategias sugeridas por Josmar Martínez para que el estudiante en situación de discapacidad intelectual pueda participar activamente dentro del aula, potencialice las habilidades que posee, desarrolle otras que son necesarias para su calidad de vida y para que a su vez pueda asumir un rol ocupacional dentro de un contexto social. Estas estrategias son: 

  1. Proporcionar especial atención a la calidad de su comunicación con otros, sus interacciones sociales y el aporte significativo que hacen al grupo, 
  2. Invitar a los compañeros del grupo a iniciar las interacciones con el estudiante que tiene Discapacidad Intelectual. 
  3. Permitir que ocurran interacciones espontáneas sin la intervención constante de un adulto. 
  4. Relacionar experiencias, pensamientos y sentimientos en beneficio del estudiante. 
  5. Motivar a los compañeros a interpretar comunicación no verbal, sin que se esté haciendo referencia al estudiante con discapacidad. 
  6. Enseñar a los compañeros a incluir al estudiante en la toma de decisiones y en la elección de las actividades.
  7. Presentar siempre ejemplos a seguir o modelar. 
  8. En las actividades grupales, dar instrucciones claras, concretas y sencillas y utilizar un lenguaje y un medio de comunicación adecuado. 
  9. Potenciar el aprendizaje cooperativo, constructivo y operatorio. 
  10. Plantear actividades que puedan ser trabajadas por todos pero con diferentes niveles de exigencia para que puedan adecuarse a los diferentes niveles de desempeño de los estudiantes con discapacidad intelectual.
  11. Adecuar los materiales a las particularidades del estudiante.
  12. Formar partícipes del aprendizaje a los estudiantes con discapacidad intelectual en la planeación de los objetivos, y la autoevaluación de desempeño. 
  13. Utilizar el juego como estrategia de aprendizaje. 
  14. Plantear actividades acordes al proceso de desarrollo, intereses y expectativas de los estudiantes. 
  15. Si el estudiante con discapacidad intelectual utiliza un sistema de comunicación aumentativo o alternativo, este debe ser manejado por el profesor y además enseñarlo a los compañeros de clase. 
  16. Mantener una estructura clara de trabajo, desarrollando algunas rutinas de trabajo. Esto le dará seguridad estudiante con discapacidad cognitiva y facilitará su disposición para las actividades. 
  17. Nunca enfatizar en el error, sino guiar mediante un apoyo para dar la respuesta correcta. Procurar no hacerlo borrar y repetir, sino ensayar con un nuevo ejercicio suministrando los apoyos necesarios para garantizar el éxito. 
  18. Enfatizar la parte de la tarea o actividad que realizó bien o el logro que tuvo respecto a las tareas previas. 
  19. Preparar las evaluaciones previamente con todas las adecuaciones necesarias para evaluar el proceso y garantizar el éxito. Permítale utilizar recursos adicionales en el momento de la evaluación. 
  20. Equilibrar los elogios y correcciones que recibe el estudiante con discapacidad intelectual. Siempre deben ser mayores los reconocimientos.
  21. Estimular el interés de los compañeros en servirle de modelo durante las actividades que le cuesta comprender o realizar. 
  22. Mantener presencia visual utilizando expresiones faciales que refuercen la interacción en clase y moverse por todo el salón. 
  23. Verificar que el estudiante con Discapacidad Intelectual recibió y procesó adecuadamente la instrucción y la información. 
  24. Presentar un esquema y/o agenda al principio de la clase y ubicarla en un lugar donde el estudiante pueda acceder a ella. 
  25. Si es necesario brindarle más tiempo para realizar el trabajo asignado en clase. 
  26. Permitir el uso de auxiliares como el ábaco, la calculadora, el alfabeto móvil, computador, procesador de palabras.

LOS OBSTÁCULOS EN EL APRENDIZAJE.

No hay comentarios.:

Los obstáculos en el aprendizaje son todos aquellos elementos que surgen a través de una interacción entre los estudiantes y el contexto; que limitan el pleno acceso a la educación y a las oportunidades de aprendizaje.

En la Educación el docente debe centrarse en:
  1. ¿Cuáles son las obtaculos, de todo tipo, que dificultan o impiden el aprendizaje de un estudiante?
  2. ¿Cuáles son las que pueden limitar o incluso impedir su participación?

De acuerdo con el autor Ignasi Puigdellívol A. Las obstáculos en que se enfrenta el aprendizaje son:

  1. Actitudinales.
  2. Metodológicas.
  3. Organizativas.
  4. Sociales.

Los Obstáculos Actitudinales: 

  1. Son las que destaca la predisposición a la división. 
  2. En efecto, la tendencia a suponer que el estudiante con discapacidad “no es nuestro estudiante”, sino que más bien es el estudiante del “especialista”.
  3. La actitud negativa del docente hacia el estudiante, las muy bajas o muy altas expectativas de los padres.
  4. La actitud sobreprotectora de padres, de docentes o compañeros.
  5. El rechazo abierto o encubierto de personal de la institución educativa y el acoso o rechazo de compañeros.

Los Obstáculos Metodológicos: 

  1. Destaca la creencia de que es imprescindible en clase trabajar con niveles de aprendizaje semejantes entre los estudiantes.
  2. La forma de pensar dificulta enormemente la atención de los estudiantes con discapacidad.
  3. Está muy alejada de la realidad de la institución educativa en la sociedad de la información.
  4. El currículo rígido, poco o nada flexible.
  5. El Contenido curricular poco relacionado con las experiencias previas y la vida diaria de los estudiantes.
  6. Las exigencias curriculares poco apropiadas a las etapas de desarrollo físico y psicológico de los algunos estudiantes.
  7. La poca o ninguna correlación de contenidos.
  8. La poca o ninguna utilización de apoyos para el aprendizaje.
  9. La no adecuación del currículo según las características de aprendizaje del estudiante (cognición, ritmo y estilo).
  10. La no ampliación o creación de recursos que faciliten el acceso al currículo.
  11. El fallo en motivar al estudiante.
  12. El material de enseñanza poco comprensible.
  13. La escasa o ninguna coordinación metodológica entre docentes.
  14. La falta de apoyo efectivo del docente especializado hacia el de grado.
  15. El No reforzamiento ni generalización de lo enseñado.

Los Obstáculos Organizativos:

  1. La ocupación de las diferentes formas de agrupación de los estudiantes y de las posibilidades de intervención de la comunidad en diferentes formas de apoyo a la institución educativa.
  2. Analizar la nueva organización del trabajo del profesorado de apoyo.
  3. No coordinación con las entidades comunitarias para la búsqueda y utilización de recursos.
  4. Dificultades en el proceso de matrícula de estudiantes de la comunidad.
  5. La poca o ninguna coordinación y fluidez entre las diversas etapas del proceso educativo (inicial, básico, medio y superior o técnico) cuando se realizan en centros escolares distintos.
  6. Falta de funcionamiento del Consejo Técnico Escolar.

Los Obstáculos Sociales:

  1. Poniendo un especial énfasis en el papel de las familias, especialmente cuando estamos trabajando con “familias no académicas”.
  2. Los prejuicios sobre las mismas constituyen una de los obstáculos más importantes para el aprendizaje de muchos estudiantes con y sin discapacidad.
  3. La lejanía a centros escolares.
  4. La pobreza que obliga al trabajo de menores que desertan de los centros escolares.
  5. Las deficientes condiciones de vivienda.
  6. La falta de recursos para el aprendizaje.
  7. La carencia de estimulación en los primeros años.
  8. Escasa o nula accesibilidad a centros o actividades extraescolares.
  9. Ambientes comunitarios de riesgo.
  10. Prejuicios.
  11. Sobre protección.
  12. Ignorancia.
  13. Discriminación.

Los Obstáculos Físicos:

  1. Ausencias de vías de acceso adecuadas para personas con problemas de movilidad.
  2. Dificultad para el uso de servicios como los higiénicos, las fuentes de agua, los teléfonos, la tienda de alimentos, etc.
  3. Ausencia de referencias o señalizaciones para la orientación de personas con pérdida de la visión o de la audición.
  4. Aulas mal ventiladas, mal iluminadas, con poco espacio para el desarrollo de actividades y la movilización segura.
  5. Bancas inapropiadas para estudiantes con problemas motores, zurdos o hiperactivos.
  6. Cercanía de la institución educativa a vías muy transitadas o fuentes de ruido.

Los Obstáculos Humanos:

  1. La falta de sensibilidad hacia lo diferente.
  2. La falta de conocimiento sobre las nuevas tendencias educativas y los derechos inalienables a la educación, así como al disfrute de los ambientes regulares. 

EL APRENDIZAJE COOPERATIVO.

No hay comentarios.:
Las instituciones de educación han sufrido transformaciones a causa de no únicamente a los cambios socio-económicos, sino también debido a las diversas posturas científicas y pedagógicas de cada momento histórico. No obstante, ahora más que nunca, en tiempos actuales y ante una sociedad creciente, cambiante y cada vez más exigente, las instituciones educativas enfrentan retos que indudablemente implican cambios, si es que se desea dar respuesta a tan diversas necesidades y desafíos que afrontan las sociedades del siglo XXI. 

La educación en México y en el mundo a través de sus instituciones educativas tiene la necesidad de cambio, estas se deben orientar en una profesionalización del docente como principal y gran protagonista de dicho cambio que las escuelas requieren. De igual manera que el éxito de cualquier profesionista depende en gran medida y cada vez más de las herramientas que dispone para llevar a cabo su trabajo, así también la labor del profesor mejorará, de acuerdo a las estrategias que utilice para la formación de sus estudiantes. 

No tiene con la excelente exposición verbal sobre un tema, ni con el correcto empleo de recursos audiovisuales por el profesor; se requiere que cuente, además, con estrategias didácticas de enseñanza-aprendizaje. Si aplicamos de una manera correcta e idónea las estrategias didácticas, como docentes mejoraremos nuestra práctica profesional, y podremos extender las potencialidades de nuestros jóvenes estudiantes. Las estrategias didácticas constituyen formidables herramientas para desarrollar el pensamiento crítico y creativo de los estudiantes mientras aprenden los contenidos y temas de cada asignatura de la curricular. 

El trabajo de un docente es más profesional en la medida en que se apoya en la ciencia; entre otras razones esto se debe a que el conocimiento científico: 

  1. Permite comprender mejor lo que se hace. 
  2. Facilita la comunicación entre aquellos que estamos en la actividad de la educación. 
  3. Eleva el nivel de incertidumbre, ya que al aplicar crítica y creativamente algo ya probado, el rango de ensayo y error o de posibilidades de fracaso disminuye. 
  4. Predice contingencias, debido a que podemos tener escenarios alternativos que permiten tomar decisiones en momentos que pueda estar en riesgo el logro de los objetivos planteados. 
  5. Incrementa el control del proceso en su totalidad y de cada uno de sus componentes. 
  6. Permite sistematizar el trabajo que se realiza, valorando aciertos y deficiencias. 
  7. Garantiza resultados según una concepción, un plan y estrategias que se empleen. 

Los docentes, como cualquier otro profesional, requieren estrategias de actuación en consonancia con una concepción y un método que les permitan “intervenir” con eficacia en la práctica educativa diaria. Como parte de una cultura profesional se necesita, además de la teoría, la práctica; pero no en términos de técnicas o dinámicas aisladas que pueden poner en riesgo el cumplimiento del programa oficial, sino en términos de un quehacer práctico profesional avalado por la ciencia. Por lo anterior, el constructivismo social y de un aprendizaje cooperativo se pude obtener estrategias de enseñanza según los momentos o actividades por realizar en la clase. 

Su utilidad no sólo está en las estrategias de enseñanza, sino que propone una estructura de la clase de aprendizaje cooperativo que facilita la selección crítica, la aplicación creativa y la evaluación integral de las estrategias didácticas empleadas, así como la sistematización de la experiencia; y, todo ello, en el marco de la concepción de la construcción social del conocimiento. 

La clase tiene momentos distintos y a cada uno de ellos le son propias diferentes estrategias didácticas. Al conocer los momentos típicos de una lección de aprendizaje cooperativo podemos emplear las estrategias, no como un recurso más, sino como la herramienta que nos facilita cumplir nuestra función de mediador facilitador. Así también, se sugiere la observación entre colegas, porque es un magnífico instrumento de crecimiento personal y profesional cuando a la visita a clase, y como parte de ella, le sigue la reflexión entre pares y la sistematización y puesta en práctica de la experiencia que de ella se deriva y, por supuesto, el seguimiento y la constatación de los resultados obtenidos en comunidad de docentes. 

El aprendizaje cooperativo constituye una modalidad de trabajo, de aprendizaje y de enseñanza para docentes y estudiante, que hace suyos los más destacados avances de la ciencia de los últimos años, tales como: aportes del estudio del cerebro y su implicación para la práctica educativa y las investigaciones sobre los procesos de mediación. El aprendizaje cooperativo es una modalidad educativa que cobra cada vez mayor aceptación dados los sus resultados en el desarrollo intelectual, pero también en el motivacional y en el desenvolvimiento socio-afectivo de los estudiante. 

La mediación pedagógica que se logra con el empleo de las estrategias didácticas, teniendo en cuenta los momentos de la clase, auspicia el desarrollo pleno de la capacidad distintiva del ser humano: la de pensar y sentir, crear e innovar, descubrir y transformar, y la expresión de humanismo y respeto.

LA ÉTICA EN LA DOCENCIA.

No hay comentarios.:
La ética es el ideal de la conducta humana, alineado sobre lo que es bueno y correcto y se consolida cuando se internalizan las normas sin que exista presión alrededor para su cumplimiento. La ética de un profesional se gesta desde la formación del mismo, por ello el docente debe actuar en esta etapa, y para realizar esta labor tiene que conocer de ética y cómo debe ser su comportamiento como docente. 

El término ética se utiliza con frecuencia en la docencia, no obstante, muchas personas no conoce bien de lo que se trata. Los docentes, una de sus funciones es la asesoría académica, que tiene como misión promover la formación integral de los estudiantes, de manera que puedan desarrollar sus potencialidades y capacitándolos para responder a las demandas que le plantee la realidad laboral en lo humanístico y científico-tecnológico. González, afirma que "la ética de un profesional no se adquiere en la práctica de la profesión, sino que se gesta desde la formación profesional", y es aquí donde los docentes deben actuar. Para realizar favorablemente esta labor tienen que conocer qué es la ética y cómo debe ser su comportamiento como asesores académicos. 

La ética está relacionada con la cultura innata a un pueblo, a una comunidad. El docente debe responder de sus actitudes frente al medio donde se desenvuelve y respetar la escala de valores que tiene la sociedad, sin negar el derecho que le asiste para que esta escala de valores se perfeccione. La responsabilidad del docente es eminentemente personal, va más allá de la responsabilidad penal y reposa en un concepto moral que se llama conciencia individual. 

El docente deberá:

  1. Ejecutar su rol con estricto apego y respeto a las consideraciones éticas y valores morales individuales y sociales. 
  2. Deducir la educación como uno de los derechos humanos fundamentales, contemplado constitucionalmente, que debe brindarse a todos por igual, con el mayor nivel de calidad posible. 
  3. Transferir sus programas de manera que impidan la discriminación sobre la base del sexo, estado civil, raza, clase social, convicciones políticas, discapacidad, religión, etnia, orientación sexual y edad. 
  4. Apoyar la vigencia plena de los derechos humanos, la defensa del sistema democrático, la búsqueda permanente de la libertad, la justicia social y la dignidad, como valores fundamentales para el ser humano y para la sociedad en la cual participa.
  5. Crear al estudiante desde una perspectiva integral, como un sujeto multideterminado por una trama de vínculos internos y externos, emergente en un contexto histórico, portador de una ideología, inscripto en una cultura, inmerso en sus circunstancias socioeconómicas y políticas.

Deberes Generales del Docente: 

  1. Proceder con desinterés, lealtad, veracidad, eficiencia y honradez. No deberá aconsejar ni ejecutar actos dolosos, hacer aseveraciones falsas o maliciosas, que puedan desviarlo de su función como docente. 
  2. Debe abstenerse de participar activa o pasivamente en cualquier acción o forma de tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes, que atente contra los derechos humanos reconocidos mundialmente; incitar a ellos, encubrirlos o intentar cometerlos. 
  3. Preservar el respeto a su dignidad como persona y como profesional. Todo acto profesional que se realice en forma apresurada o deficiente con el objeto de cumplir con una obligación administrativa o por motivos personales, constituye una conducta reñida con la ética. 
  4. Perfeccionar permanentemente sus técnicas de enseñanza.
  5. Mantenerse informado de los adelantos científicos y técnicos de su área. Evitar la improvisación y el empirismo. 
  6. Asistir y ser puntual en el cumplimiento de su deber. 
  7. Mantener una vida pública y privada ejemplar.
  8. La conducta del asesor debe ajustarse a las reglas del honor y de la dignidad.
  9. Entender que su labor es de servicio público, y no de carácter lucrativo. 
  10. Contribuir al desarrollo de la personalidad, la formación de ciudadanos aptos para la vida, para el ejercicio de la democracia, el fomento de la cultura y el desarrollo del espíritu de solidaridad humana. 
  11. Abstenerse de realizar asesorías a personas que tengan con él vínculos de autoridad, familiaridad o de estrecha intimidad, debiendo en todos los casos restringir su relación al área estrictamente profesional. 
  12. Una asesoría complicada no constituye un motivo para privar de asistencia a un estudiante. En los casos difíciles y prolongados es conveniente realizar consultas con otros profesionales en beneficio del asesorado.

EL DOCENTE CREATIVO.

No hay comentarios.:
En la actualidad, en la educación se está consciente de la importancia de la creatividad como competencia a desarrollar en las instituciones educativas, pero existe la interrogante de ¿Cómo deben ser los docentes que fomenten tal capacidad en sus estudiantes? Lo que primordialmente se tiende a pensar es que el docente que da vigor la creatividad en sus estudiantes, también es una persona muy creativa. En cierta forma es así, sin embargo, todo el mundo tiene capacidad creativa en mayor o menor medida, sólo es necesario saber despertarla de la inconsciencia que sufrimos en la adultez y conocer ciertos recursos y técnicas para conseguirlo. 

Está claro que el docente que quiere potenciar la creatividad en sus aulas de clases, debe sentir que esta competencia es fundamental y necesaria en su materia. Por lo que implica elaborar una programación planificada de forma detallada, estableciendo claramente los objetivos que se quieren alcanzar, detallando las actividades y tareas que se van a realizar durante el curso proporcionando una finalidad y significado a las experiencias de aprendizaje e indicando los criterios por los que van a ser evaluados a final del curso. Para ello, debe caracterizarse por ser un docente capaz de organizar, sintetizar y modificar la información que le da a su alumnado para que sean ellos los que la trabajen de forma creativa. 

El docente creativo es una persona que muestra un carácter abierto y flexible, sin miedo al que dirán, con confianza en sí mismo y en lo que hace, capaz de realizar un trabajo continuo y sistemático, con orden, pero no un orden desde un punto de vista rígido, sino más bien flexible. Asimismo, son docentes que muestran interés por el aprendizaje de sus estudiantes, son capaces de trasmitir esa confianza de sí mismos y, consecuentemente, la valoración de la capacidad creativa a sus estudiantes. Tienden a mostrar interés por las ideas innovadoras de sus estudiantes y suelen alentar los proyectos personales de éstos. En definitiva, crean un ambiente receptivo, de comunicación bidireccional con los estudiantes, viendo y sacando el potencial creativo tanto de los estudiantes con desventajas como de los que tienen ventajas en el aprendizaje. 

Inhibiendo el tópico de que una persona creativa, esta persona es alguien extravagante y desorganizado, el docente creativo y que potencia la creatividad trabaja de forma organizada, ofreciendo amplias oportunidades a los estudiantes para emplear lo que aprenden como ayuda para discurrir y para la resolución de problemas, estimulando la creatividad con técnicas de preguntas y solución de problemas, dando respuestas creativas y, en la medida de lo posible, utilizan la fantasía como medio para establecer contacto con la realidad. Se puede decir que un docente con estas características correspondería a un docente competente y que realiza buenas prácticas.

En síntesis, las características que definen a un docente que es creativo y que potencia la creatividad serían las siguientes:

  1. Suministra de forma clara una finalidad y significado del aprendizaje.
  2. Es capaz de realizar un trabajo de forma sistemática y rigurosa. 
  3. Abierto y flexible, con gran confianza en sí mismo, lo que realiza y enseña creando una atmósfera receptiva con los estudiantes. 
  4. Muestra entusiasmo y respeto por las ideas de los estudiantes, alentando los proyectos personales.
  5. Estimula la creatividad de los estudiantes con técnicas, empleando la fantasía como herramienta de contacto con la realidad y dando multitud de opciones para discurrir y dar soluciones a diferentes problemas. 
  6. Ante las dudas de los estudiantes da respuestas creativas, que susciten en el alumno el cuestionamiento y la indagación de los problemas. 
  7. Ve y valora el potencial creativo tanto de los estudiantes menos brillantes como de los más brillantes. 

Continuando con el pensamiento de Ortiz Ocaña, señala un decálogo del docente a tener en cuenta y que se indica a continuación: 

  1. ORIGINALIDAD en su proyección profesional y desarrollo imaginativo de su labor docente, haciendo interesantes sus clases con elementos poco comunes y curiosidad.
  2. DIVERGENCIA en el acto pedagógico, planteando contradicciones y conflictos a los estudiantes, realizando autorreflexiones sistemáticas acerca de los productos de su actividad pedagógica y de sus estudiantes, utilizando aspectos novedosos para interesarlos. 
  3. FLEXIBILIDAD en el trabajo pedagógico y libertad de acción en el diseño didáctico, aceptando opiniones, críticas o comentarios de los estudiantes. 
  4. DINAMISMO y variedad de actividades interesantes en la clase, logrando actividad en la misma y un papel protagónico de los estudiantes. 
  5. AUDACIA en el proceso pedagógico, utilizando una variada y actualizada bibliografía y asumiendo posiciones riesgosas, con iniciativa, independencia y autonomía. 
  6. PERSISTENCIA y tenacidad en sus esfuerzos, búsqueda de nuevas vías de salvación ante un obstáculo, inconformidad con los logros alcanzados, satisfacción por los éxitos; insistencia en ideas pedagógicas que defiende aunque las circunstancias no le favorezcan.
  7. OBJETIVIDAD Ser claro y preciso en el desarrollo de sus clases, tener un conocimiento profundo de la esfera de su acción educativa y del programa que desarrolla, tener seguridad científica y académica. 
  8. SOLIDEZ de criterios educativos, fundamentando y argumentando todo lo que explica en la clase, con confianza en sí mismo. 
  9. AUTODESARROLLO en el plano científico y pedagógico, participación en los diversos eventos pedagógicos y científicos con los estudiantes, preocupándose por el desarrollo de cada uno de ellos, mostrando sensibilidad humana y medioambiental.

EL DOCENTE ORIENTADOR.

No hay comentarios.:
El docente en su función de orientador, centraliza su interés en la personalidad del individuo, además, hace énfasis en el área personal-social, con una visión holística y desde un abordaje biopsicosocial. 

El docente orientador es un elemento vinculante entre las necesidades individuales de los estudiantes y las necesidades globales de la sociedad. Actualmente, aunque la institución educativa conforma el centro de la educación dirigida, la familia sigue ejerciendo la educación directa que recibe el estudiante, por parte de los diferentes grupos sociales. Por consiguiente, el docente orientador no debe considerar sólo el aspecto personal sino abarcar también el contexto social y atender esa relación individuo-sociedad, debido a que existen factores de orden extrínsecos o intrínsecos que pueden obstruir en un determinado momento en el ser humano. Asimismo, cobra fuerza las competencias que debe desarrollar el docente en su rol de orientador.


Según Mendoza, la institución educativa debe generar espacios de intercambio con la familia del estudiante, por ser la institución educativa la permite integrar a la orientación y a la educación entrelazándose hasta formar una unidad sistémica de ayuda. En este sentido, Mendoza sostiene que la “orientación y la educación son procesos de ayuda que se entrelazan, al punto que la orientación no es otra cosa que la parte personalizada de la educación”.

Para Miller, la orientación es el proceso en el cual se ayuda a los individuos a lograr la auto-comprensión y la auto-dirección para conseguir el máximo ajuste a la institución educativa, al hogar y a la comunidad. El autor antes citado, señala siete principios que sistematizan la acción orientadora, desde el marco contextual, estimulador del desarrollo y del aprendizaje del estudiante, estos son:

  1. Es para todos los estudiantes.
  2. Debe definirse a los estudiantes en todas las edades. 
  3. Se debe aplicar a todas las áreas del desarrollo del estudiante.
  4. Estimula el descubrimiento y desarrollo del ser humano.
  5. Debe ser una tarea cooperativa en la que se comprometen el estudiante, los padres, los docentes en su rol de orientador, los docentes especialistas, el director y el orientador. 
  6. Se debe considerar como parte principal del proceso total de la educación.
  7. Debe ser responsable ante el individuo y sociedad.

Sanz Oro, imagina al orientador del futuro como un docente-orientador más integrado al equipo de profesionales. Ello es posible, si la perspectiva de orientación obtenida crea al docente de aula como un profesional con responsabilidades académicas, psico-social y socio-comunitario; además de la atención de los estudiantes en las dimensiones de lo personal y social en tiempos de cambios. Y el autor afirma de que se trata de una posición en la cual se decanta la visión tradicional de la orientación y se perfila la misma, por la función instructiva frente a la formativa. Es por ello, que el autor define a la orientación como el campo responsable de “estructurar de la manera más personalizada e integral posible el proceso de enseñanza – aprendizaje para favorecer el adecuado desarrollo y la socialización de los estudiantes”. 

El aula es el lugar del aprendizaje que le brinda la oportunidad a cada estudiante de incorporar nuevos conocimientos y experiencias. Además, es un espacio de interacción para la función socializadora. El estudiante aprende en la medida que el docente de aula, en su rol de orientador, promueve el aprendizaje significativo, a partir de experiencias de reflexión y aplicación de estrategias que le permitan la construcción del conocimiento y el profesor orientador atenderá la calidad y diversidad de las experiencias sociales. En el marco de la educación formal se encuentran como protagonistas el estudiante, el docente orientador y la familia. El estudiante generalmente estudioso como un ser activo, propositivo y capaz, dispuesto a construir sus conocimientos y experiencias. El docente en su rol de orientador, debe partir de la idea de un estudiante activo que aprende de manera significativa que aprende a aprender y a pensar. Cabe destacar, que la interacción que se desarrolla en el aula es un proceso en movimiento.

Blanco, señala “cuanto más interacciones se comunique el docente con sus estudiantes, mayor información obtendrá del proceso que siguen los mismos para aprender”. El papel que debe cumplir el docente como orientador se centra en la organización, planificación de experiencias didácticas, logro de propósitos, manejo adecuado de estrategias de aprendizaje, evaluación de los procesos de enseñanza y aprendizaje, diálogo con el estudiante, entre otras; aplicando cada uno de estos procesos, si guía a los estudiantes puede fortalecer los aprendizajes significativos. El docente de acuerdo a lo contemplado, debe estar consciente que es profesional de la docencia con las responsabilidades para el análisis, interpretación y solución de los problemas que afecten el funcionamiento de la institución y la comunidad donde prestan sus servicios, así como también estimular la participación de sus estudiantes para integrar las comunidades de “semejantes” socioeducativas. 

El ámbito de la orientación educativa constituye un campo amplio por la variedad de aportes suministrados por otras disciplinas y ciencias, entre ellas se destacan la medicina, el trabajo social, la psicología y la antropología social, más recientemente los aportes derivados de la teoría crítica en sus últimas generaciones. Razón justificada que, ya exponía Tyler en, al ubicar a la orientación en el campo de las ciencias sociales. Una definición de la orientación responde en algún momento a su propio proceso de desarrollo y a las demandas históricas. Al mismo tiempo, es necesario delimitar el campo de acción como las funciones, éstas deben estar acordes a los tiempos y los profesionales de la orientación deben responder a las nuevas exigencias en cuanto paradigmas y teorías se refieren. Además, el desarrollo histórico de la orientación se colocó en una relación muy próxima con los movimientos de salud mental, lo cual influyó cuando las funciones de la orientación fueron de tipo preventivo, remedial y desarrollo, las cuales se fueron poco a poco perfilando como tales. 

El docente en su rol de orientador se desenvuelve en un ámbito específico asociado a la educación y a los procesos de enseñanza y aprendizaje. Igualmente, deberá establecer un engranaje de intercambio de ayudas, e información por medio de la orientación con las personas significantes vinculadas con el estudiante, entre las cuales se destaca a la familia, con el objeto de buscar soluciones en pro de una mejor relación personal- social y escolar, enriqueciendo así al educando. Sin embargo, el orientador en el aula y el profesor- orientador deberán unirse a una actualización que permita responder a las demandas de las reformas educativas. Enriquecer el proceso educativo, exige una actitud positiva de parte de todos los entes involucrados en el hecho educativo, entre los cuales se encuentran la institución educativa, la familia y la comunidad. Además, el protagonista de éste proceso es el estudiante, si bien el aprender es responsabilidad de él, la promoción del aprendizaje corresponde en gran medida al docente en su rol orientador.

Misión y Visión de Docentes 2.0



La educación debe comenzar en la familia, continuar en la escuela y consolidarse a lo largo de la vida.

Congreso CIVTAC 2018


Calendario FIFA 2018


Periódico Educativo