La educación puede definirse como el proceso mediante el cual se estimula el desarrollo de las capacidades cognitivas y físicas para poder integrarse a la sociedad que la rodea. La educación igualmente implica una concienciación cultural y conductual, donde las nuevas generaciones adquieren las formas de ser de las generaciones anteriores. El proceso educativo se materializa en una serie de valores y habilidades, que producen cambios emocionales, intelectuales y sociales en el individuo.
Muchos docentes invierten cientos de horas, al momento de planificar la fase del proceso de enseñanza-aprendizaje, olvidando que lo realmente es importante, es enfatizar el aprendizaje como fin fundamental de cualquier estrategia formativa. Pero, no se puede desligar la planificación del cumplimiento de los objetivos, la importancia de esta etapa es innegable. Por lo tanto, el foco de cualquier proceso pedagógico debe estar en los métodos y los medios que certifiquen la fijación sostenible del conocimiento. En palabra más simples “¡el educando debe Aprender a Aprender”.
Las modalidades de educación a distancia y presencial tienen diferencias evidentes que las distinguen una de la otra, a la hora de enfrentar el hecho educativo. A continuación, resaltaremos las diferencias más significativas entre ambas modalidades:
Rol de docente y estudiantes:
En la educación presencial a menudo el docente tiene un rol central en los procesos educativos. El estudiante es menos autónomo y necesita de más guía y control en su aprendizaje; en la educación a distancia frecuentemente el rol del docente es de guía, acompañante o tutor. El educando asume más responsabilidad y autonomía para gestionar su aprendizaje.
Contacto físico e interacción:
En la educación presencial existe el contacto físico e interacción entre docente y estudiantes y entre estudiantes. Hay una relación cara a cara, contacto visual y trabajo en grupos; en la educación a distancia no existe contacto físico ni contacto visual con el docente y los estudiantes. El estudio es generalmente individual.
Comunicación:
En la educación presencial la comunicación es oral, directa, inmediata y se da espontáneamente; en la educación a distancia existe poca comunicación y es generalmente escrita, planeada y diferida.
Uso de tecnología:
En la educación presencial las herramientas tecnológicas constituyen un apoyo didáctico a las clases presenciales; en la educación a distancia las herramientas tecnológicas son cruciales en la educación a distancia.
Relaciones personales:
En la educación presencial las relaciones personales son ricas y se dan espontáneamente dentro y fuera del aula; en la educación a distancia las relaciones personales son limitadas a un formato electrónico.
Tiempo y espacio:
En la educación presencial hay un horario y lugar establecido que debe respetarse para que se produzca el conocimiento; en la educación virtual se ofrece la ventaja de ajustarse al horario de los participantes.
Métodos de enseñanza:
En la enseñanza presencial los participantes se ven obligados a adaptarse a la forma en la que enseñanza el educador, las limitaciones se basan en el nivel de creatividad de este; en la enseñanza virtual las posibilidades metodológicas se extienden.
En síntesis, el rol enseñar es una gran responsabilidad, no existe una formación buena o mala, existe es la formación con calidad pedagógica. ¿Cómo evaluarlo?
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