Hablar sobre los aprendizajes y enseñanzas que modifican el potencial creativo de los lenguajes artísticos y de la expresión visual en los docentes de educación básica no es tarea fácil, menos cuando en el currículo de su formación inicial del docente de pregrado se observa una escasa presencia que no pasa de uno a dos semestres de una insuficiente alfabetización en torno a las artes y su didáctica.
Realmente, los docentes deberían expandir un mayor esfuerzo en su quehacer profesional para contribuir en los aprendizajes significativos del estudiantado y desarrollar su potencial creativo a través de los distintos lenguajes de expresión visual y plástica. En esta perspectiva, los enfoques, métodos y prácticas innovadoras de enseñanza pueden contribuir al mejoramiento de los aprendizajes basados en competencias significativas, pudiendo enriquecer las facultades imaginativas y simbólicas de los estudiantes:
“Los individuos que quieren participar de un modo significativo en la percepción artística tienen que aprender a descodificar, a leer, los diversos vehículos simbólicos presentes en la cultura; los individuos que quieren participar en la creación artística tienen que aprender de qué modo manipular, de qué modo «escribir con» las diversas formas simbólicas presentes en su cultura; y, por último, los individuos que quieren comprometerse plenamente en el ámbito artístico tienen que hacerse también con el dominio de determinados conceptos artísticos fundamentales” (Gardner, 1990)
La institución educativa es el lugar-espacio en el que se experimentan e intercambian las vivencias personales y colectivas de la mayoría de estudiantes, se adquieren la mayor cantidad de conocimientos, se desarrollan actividades tendientes a reforzar habilidades emocionales, capacidades cognitivas, psicomotrices y actitudinales del alumnado, tendientes a reforzar el repertorio simbólico y representacional que explican el mundo a partir de los procesos dinámicos que se entrelazan desde social, cultural y educativo. En este sentido, los autores Elichiry y Regatky, señalan que las artes visuales son una forma “de desarrollo de la sensibilidad que involucra un concepto amplio de cultura ya que plantea interés por estimular las capacidades del individuo y de su grupo social para desarrollar las potencialidades creadoras, organizar la propia experiencia y ponerla en contacto con los otros”.
Los aprendizajes a través de las artes visuales en la institución educativa se convierten en un proceso transformador que implica la persona en la construcción sociocultural y educativa de conocimientos que amplía al máximo el desarrollo de capacidades, competencias y generación de actitudes y valores socialmente significativos, para un contexto determinado, en el que los actores del mismo, se transforman y transforman la realidad.
Esta construcción de experiencias formativas repercute en los aprendizajes desde la perspectiva de las artes visuales y el desarrollo de la creatividad como herramientas transformadoras del docentes, porque proponen la ampliación de las prácticas de enseñanza para garantizar, en los estudiantes y en las estudiantes, estilos y experiencias de aprendizajes que permiten promover del desarrollo de la sensibilidad, la identidad cultural, el desarrollo intelectual, el trabajo creativo, la expresión personal y la cooperación social. Asimismo, entrega a los docentes herramientas pedagógicas para identificar, en los grupos de sus alumnos, los rasgos de la personalidad creativa, comprender la creatividad como proceso y valorar la creatividad como producto.
De esta manera, se plantea que la capacidad creativa de las personas implica una evolución a partir de la estimulación temprana, pero que principalmente se puede afianzar en la institución educativa a partir de los tres años de edad, de lo contrario, se corre el riesgo de que disminuya durante los niveles de escolarización superior.
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