Las estrategias de aprendizaje son un tema muy polémico, aparecen como actividades cognitivas complejas que favorecen un tipo de pensamiento autodirigido y supervisado de quien las utiliza, es importante señalar que, con mucha frecuencia en el ámbito de la escolar, esas estrategias se aplican a la información escrita con la finalidad de aprenderla. Un autor Pozo, define las actividades realizadas por los estudiantes cuando aprenden a partir del texto, como estrategias de elaboración y organización del conocimiento, ya en lo que sería el tramo superior de las estrategias de aprendizaje. Según este autor, lo que hacemos cuando leemos es lo que nos permite atribuir significado al texto, organizar las ideas que el texto nos proporciona en relación con las nuestras y de esa forma continuar aprendiendo.
Cuando se trata de aprender, otro tipo de informaciones como las orales, el texto escrito presenta la ventaja de su permanencia y que el lector puede volver sobre él manipulándolo y organizándolo. Sin embargo, el texto escrito se encuentra desprovisto del contexto que envuelve al oral y que facilita su explicitación. Asimismo, las distintas estructuras textuales presentan peculiaridades que influyen en la capacidad de comprensión. Aprender a partir de textos supone aprender a colocar un conjunto de operaciones mentales y, además, aprender a hacerlo sobre unos textos específicos, distintos.
Es importante resalta, que los estudiantes de aprender a manejar las distintas estructuras mediante actividades de lectura que hagan posible el proceso de enseñanza-aprendizaje. Cuando se lee frecuentemente se aprende, aunque éste no sea el propósito que nos guía. En el aula de clases, es bastante habitual que tanto la situación de lectura como el propio texto sean propuestos por alguien distinto del lector. Por lo tanto, debería prestarse bastante atención a que los educandos le puedan ver sentido a lo que tienen que hacer, a que la lectura resulte atractiva y motivadora.
Pero, ¿qué estrategias es necesario enseñar? De acuerdo con los autores Palincsar y Brown, la pregunta que se debe responder o que se debe plantear o que los estudiantes deberían plantearse o docentes, es que se debe ayudar a que los educandos se planteen es: ¿por qué tengo que leer? ¿para qué voy a leer? Estas serían las primeras preguntas, que pueden llevar a otras implícitas: ¿es ése el texto más adecuado para lo que yo deseo? ¿no podría haber otro texto más sencillo, corto o agradable que también facilite mi propósito? Evidentemente, estas preguntas permiten que el lector se sitúe activamente ante la lectura y empiece a tomar decisiones.
En síntesis, existen otras estrategias dirigidas a resumir, sintetizar y extender el conocimiento que adquirimos mediante la lectura. Son estrategias muy importantes ya que permiten extraer ideas principales, separar lo que es fundamental de lo que no lo es, elaborar resúmenes, entre otros. Son estrategias fundamentales para el proceso de enseñanza-aprendizaje, lo que se aprende es una parte muy específica de esa información, a la que llegamos por un proceso de selección y omisión de lo que no parece fundamental para nuestros propósitos. Estas estrategias son las que nos permiten ir destilando la esencia del texto en función del texto y de los propósitos que guían la lectura.
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