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Blog Educativo fundado por Docentes 2.0 ® el 7 de Junio de 2013

LA DESMOTIVACIÓN EN EL AULA.

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Los estudiantes con Déficit de Atención y Dificultades de Aprendizaje se enfrentan muy a menudo a la experiencia del fracaso que tiene como consecuencia la desmotivación y falta de confianza lo cual se convierte en el mayor obstáculo para alcanzar las metas.

La motivación es una inclinación general que dirige el comportamiento hacia la obtención de lo que se desea. Bajo esta perspectiva las personas con Déficit de Atención y Dificultades de Aprendizaje están siempre motivadas, pero su mayor problema es que responden a muchos estímulos a la vez.

Tipos de motivación:

  1. La motivación intrínseca ocurre cuando estudiante se enfoca más sobre el proceso de logros que sobre resultados, puede pensarse que están motivados al logro. De este modo realizan cosas por el placer y la satisfacción de realizar o crear algo.
  2. La motivación extrínseca se da cuando el estudiante sólo trata de aprender no tanto porque le gusta la asignatura o actividad sino por las calificaciones o el premio que va a recibir. 
  3. Motivación negativa es la obligación que hace cumplir a la persona a través de castigos, amenazas, etc. 
  4. Motivación positiva es el deseo constante de superación, guiado siempre por un espíritu positivo. 
  5. Motivación en un grupo: Los estudiantes tratan de satisfacer al menos una parte de sus necesidades, colaborando con otros e un grupo. En él, cada miembro aporta algo y depende de otros para satisfacer sus aspiraciones; Se adquiere un complejo grupal, mientras que las necesidades personales pasan a ser parte de las aspiraciones del grupo; Se promueve el trabajo en equipo y la dependencia de sus integrantes para lograr un reto; Da un sentido de identidad; Ofrece mayor seguridad y se puede promover el trabajo cooperativo.

La mayor dificultad de los estudiantes con Déficit de Atención y Dificultades de Aprendizaje es superar las experiencias de fracaso que les provoca un alto nivel de frustración. La frustración trae como consecuencia: 

  1. Desorganización del comportamiento. 
  2. Agresividad.
  3. Reacciones emocionales. 
  4. Apatía.

Para romper con el ciclo del fracaso se debe buscar formas de satisfacer las necesidades. La necesidad de sentirse importante. Los estudiantes requieren de sentirse importantes para alguien esta condición le da un sentido de valor a su existencia. Esta necesidad es satisfecha cuando se respeta a cada estudiante de acuerdo a sus características, se le da un lugar en aula y se le valora como persona. 

El valorar sus habilidades y otorgarle responsabilidades generan un sentimiento de valoración personal. La necesidad de seguridad. Para el desarrollo pleno de la personalidad de los estudiantes es fundamental contar con la seguridad necesaria para enfrentar situaciones y personas en momentos determinados de la vida. Esta seguridad se logra cuando ofrece disciplina, sentimientos de aceptación y oportunidades de independencia, orientación y apoyo. 

La falta de control hace que en muchas ocasiones se generen experiencias negativas con el medio que generan mucha inseguridad. Ambientes donde hay un manejo adecuado de la situación permiten que los estudiantes tengan un mayor control de sus características. La necesidad de ser aceptado Si hay aceptación de las diferencias de cada uno, se genera sentimientos y pensamientos positivos que ayudan a levantar el nivel de autoestima generando una imagen positiva de sí mismo. 

Conocer las diferencias y las características propias de los estudiantes permite tener expectativas realistas que van a generar un sentimiento de aceptación. La necesidad de amar y ser amado. Toda persona necesita sentirse amada, un amor por medio de actitudes y gestos que llevan un mensaje de aceptación. El sentirse amados también les dará la oportunidad de corresponder a tal sentimiento que también se convierte en una de sus necesidades básicas. 

Aprender cómo ayudar a nuestros estudiantes nos permite tener la oportunidad de expresar nuestro amor, el desconocimiento y la desorientación hacen que muchas veces se tomen medidas equivocadas que crean en ellos pensamientos negativos. La necesidad de elogio. Todos necesitamos que se nos reconozca lo que hacemos por insignificante que esto sea, el nivel o valor de lo que se hace se mide por el esfuerzo que se dio para realizarlo. 

La motivación y el estímulo son básicos para cambiar una actitud negativa y de fracaso. Por lo general estudiantes con dificultades se le ponen mucho énfasis en lo que no hace bien y se deja de lado sus habilidades. Expectativas claras permiten valorar y reconocer sus logros, ellos más que cualquier persona requieren de estímulo constante de parte del ambiente. La necesidad de disciplina. Los estudiantes necesitan de disciplina para desarrollarse plenamente, un ambiente disciplinado es un ambiente que genera seguridad y les permite desarrollar hábitos que son fundamentales para su formación.

Un ambiente estructurado donde existe un manejo adecuado de la disciplina les permite a los estudiantes experiencias positivas que van a ayudar al desarrollo de una imagen positiva de sí mismos. Las necesidades psicoacadémicas:

  1. Autonomía: tener la posibilidad de escoger o tomar decisiones.
  2. Aptitud: poder realizar la actividad o tarea de manera satisfactoria de acuerdo a su habilidad.
  3. Pertenencia: sentir que forma parte de algo, poder experimentar el trabajo en equipo y la identidad de grupo.
  4. Autoestima: facilitar experiencias de logro. 
  5. Estimulo: poner atención al proceso y no necesariamente al resultado.

El desarrollo de la confianza

Uno de los obstáculos más fuertes para motivar y lograr la autoconfianza es el temor a cometer errores. Los estudiantes con problemas de aprendizaje, a menudo son muy vulnerables a sentimientos de fracaso y tienden a rehusarse ante tareas en donde pueden fallar. Los docentes deben ayudar al estudiante a comprender que el error es un ingrediente importante en el proceso de aprendizaje. Esto se puede lograr enseñándole ante un error la forma correcta de resolver el problema, fomentar que tanto en la casa como en el aula se eliminen los comentarios negativos. Comentar y trabajar con él como el miedo a equivocarse puede obstaculizar el aprendizaje. Para promover la confianza es necesario que los estudiantes logren tener experiencias donde aprendan a creer en ellos, se deben estimular, apoyarlos y enfocarse en sus fortalezas y en sus competencias. La confianza ayuda a desarrollar la capacidad para resolver problemas y las habilidades en la toma de decisiones, además su comportamiento es más adaptable que aquellos que no tienen confianza en sí mismos. 

Algunas formas de promover la confianza: 

  1. La confianza en sí mismo está unida a un sentido de optimismo, dominio y autocontrol.
  2. Los estudiantes necesitan del apoyo del docente para que les guíe y les orienten para enfrentar los obstáculos que se le presentan al enfrentar el reto. 

Thomas Edison para lograr su meta cometió mil errores antes de tener éxito y comento:
“Aprendí novecientas noventa y nueve maneras de cómo no hacer las cosas”.

LA DOCENCIA Y LA AFECTIVIDAD.

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Las capacidades que se consideran valiosas para catalogar a un docente como bueno o que su enseñanza sea eficaz, han cambiado a lo largo de la historia, privilegiándose en algunas épocas, los aspectos afectivos por sobre los cognitivos y viceversa. Precisamente, en los años cincuenta, se consideraba que los docentes debían contar con conocimientos sólidos de matemáticas y ciencias, en vista de que existía una competencia entre los países desarrollados en relación con la carrera espacial. 

En los años sesenta y setenta, fue denominada la era del potencial humano, el énfasis se colocaba en las habilidades afectivas de los docentes. Sin embargo, de la misma manera que había ocurrido con la etapa anterior, prevalecer los aspectos afectivos y promover el potencial humano, trajo como consecuencia que se descuidaran los aspectos cognitivos y que la enseñanza no tuviera el impacto deseado. Este ir y venir entre lo cognitivo y lo afectivo respecto de las habilidades de los docentes eficaces, se ha repetido varias veces a lo largo de la historia de la enseñanza. 

A partir de los años ochenta, se ha sobre-enfatizado la necesidad de desarrollar habilidades cognitivas en los docentes y estudiantes. Asimismo, por el lado del aprendizaje, de estrategias cognitivas, metacognitivas, auto-regulatorias y de solución de problemas, entre otras. Por el lado de la enseñanza, se ha hablado de enseñanza estratégica, modelamiento, andamiaje y tutoreo, entre otras. Paralelamente al énfasis en lo cognitivo, particularmente en los últimos diez años, ha crecido el interés de los educadores por valorar el impacto que tienen las dimensiones afectivas en el desempeño docente. 

Estas dimensiones involucran: 

  1. La habilidad para percibir en sí mismo y en los demás, emociones y sentimientos.
  2. La habilidad para expresarlos de manera propositiva y autorregulada en la relación con los estudiantes. Estas habilidades pueden identificar a lo que Howard Gardner considera como inteligencia intra e interpersonal y que posteriormente fue denominado por Goleman como inteligencia emocional, la cual se considera fundamental para la generación de climas sociales propicios para el aprendizaje.

En los últimos tiempos, muchos países del mundo están incorporando sistemas de evaluación de aprendizaje de los estudiantes que se basan en pruebas estandarizadas de rendimiento. Los pobres resultados alcanzados, han traído como consecuencia una preocupación por las habilidades docentes, particularmente las habilidades cognitivas, señalándose que se requiere un mayor dominio de los contenidos particulares de las asignaturas, mayores habilidades para impartir esos contenidos, así como mejores destrezas para evaluarlos. Sin embargo, poca atención se ha prestado a los componentes afectivos de la docencia. 

En estudios realizados sobre docentes universitarios ejemplares (Hativa, Barak y Simhi), se ha encontrado que en los docentes eficaces, están presentes una serie de características que se relacionan con diversas medidas de logro en los estudiantes. Entre ellas se encuentran: 

  1. La preparación de las clases y la organización del docente.
  2. La claridad con que presenta los contenidos.
  3. Su capacidad para estimular el interés de los estudiantes y el impulso a la motivación para el estudio, mediante la manifestación de expresiones de entusiasmo.
  4. El establecimiento de relaciones positivas con los estudiantes.
  5. Demostrar altas expectativas, y, en términos generales.
  6. Mantener un clima positivo dentro del salón de clases. 

Una reflexión cuidadosa sobre estas características revela que la mayor parte de las características de los docentes eficaces constituyen dimensiones afectivas de la enseñanza del docente. Delors ha señalado la necesidad de que el logro de los estudiantes vaya más allá de los aspectos cognitivos. En el conocido documento titulado “La Educación encierra un tesoro” se plantea lo que se denomina pilares del aprendizaje, aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser. 

El enfoque de la Educación basado en competencias ha sido ampliamente debatido. Kerka señala una serie de razones que subyacen a las posturas que se han manifestado en contra de la adopción del enfoque por competencias, que incluyen:

  1. Lo confuso de su conceptualización. 
  2. Las dificultades empíricas de su adopción como eje articulador de acciones de intervención y evaluación educativas.
  3. Su falta de adecuación para responder a las necesidades sociales de la población. 

Como respuesta a estas críticas se han propuesto enfoques integradores en los que se supone a la competencia como una compleja combinación de conocimientos, actitudes, destrezas y valores, que se manifiestan en el contexto de la ejecución de una tarea. La competencia se considera, desde los enfoques integrales, como algo más que una respuesta aceptable; alguien competente debe ser capaz de demostrar un desempeño eficaz y eficiente, que sea susceptible de ser mostrado y defendido en múltiples contextos. 

El amparo del enfoque de competencias en la educación puede resultar una herramienta heurística poderosa para identificar los aprendizajes esenciales de los estudiantes integrados en entramados complejos, así como las habilidades que deberán dominar los docentes para apoyar a los estudiantes en el logro de dichas competencias. 

Los resultados que se han asociado a diversos niveles de competencia afectiva, señalan que los niveles de empatía, congruencia y consideración positiva de los docentes hacia sus estudiantes, son prácticamente los mismos que existen en la población en general. Es decir, los profesores no han desarrollado de forma particular dichas competencias, lo cual resulta preocupante, dada la responsabilidad que tienen con los estudiantes y el impacto que su interacción con éstos puede tener para la formación de futuros ciudadanos que emulen estas competencias con sus congéneres. 

Olson y Wyett afirman que por cada docente que promueve relaciones positivas a nivel afectivo con sus estudiantes. Esto quiere decir que el nivel promedio de los docentes se ubica en la categoría de ineficacia a nivel afectivo, lo cual evidentemente provoca sufrimiento en los estudiantes. En contraparte, se ha encontrado que cuando los docentes se encuentran por encima del nivel tres, los estudiantes obtienen puntuaciones altas en medidas de auto-concepto, tienen ganancias a nivel intelectual y puntajes de creatividad, solución de problemas, pruebas estandarizadas de logro, se involucran más en el aprendizaje y presentan menos problemas de disciplina, lo cual impacta tanto la adquisición de habilidades académicas, como personales y sociales.

Estos resultados son muy relevantes para la evaluación y la formación de los docentes a todos los niveles educativos, incluyendo el nivel Universitario.

EL APRENDIZAJE EN EQUIPO.

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Al definir la palabra aprendizaje podemos decir que es un acto mediante el cual las personas adquieren aptitudes, conocimientos y habilidades cuyo resultado es un cambio relativamente permanente de sus conductas.

El aprendizaje fomenta un cambio relativamente permanente en la conducta. Este cambio se genera por lo común a través de la experiencia o de alguna practica reforzada.

Aunque el aprendizaje no implica necesariamente un mejoramiento en la conducta, permanece en el individuo hasta que es sustituido por otro comportamiento, o bien hasta que ya no le es útil.

Aprender a aprender es una capacidad que consiste en la aptitud de una persona para adquirir el comportamiento de sí mismo para realizar un trabajo. Aprender-aprender implica que cada persona ha de tener la experiencia de aprender suficiente y ha de prestar cuidadosamente atención a los métodos de aprendizaje que le son más útiles. Dado que el cambio es inevitable, los trabajadores han de seguir aprendiendo continuamente nuevas habilidades. Se requiere reeducación y recapacitación permanente para actualizarse y poder llevar a cabo un trabajo de alta calidad.

El verdadero aprendizaje llega al corazón de lo que significa ser humano. A través del aprendizaje nos recreamos a nosotros mismos, nos capacitamos para hacer algo que antes no podíamos. A través del aprendizaje percibimos nuevamente y nuestra relación con él.

A través del aprendizaje ampliamos nuestra capacidad para crear, para formar parte del proceso generativo de la vida.

Un ambiente de aprendizaje se crea cuando los compañeros de equipo de estudio se apoyan mutuamente. La gente sin experiencias aprende más rápidamente, la gente experta continua mejorando, y todos comparten el éxito.

Todos aprendemos de los libros, videos o discusiones en la vida diaria. Pero la mejor manera de aprender es haciendo equipos. El aprendizaje colaborativo requiere no solo de aprendizaje, sino que también sean las acciones orientadas. 

La capacidad de todos los estudiantes de aprender a trabajar cooperativamente con los demás es la piedra clave para construir y mantener matrimonios, familias, carreras y amistades estables. Ser capaz de realizar habilidades técnicas como leer, hablar, escuchar, escribir, calcular y resolver problemas es algo valioso pero poco útil si la persona no puede aplicar estas habilidades en una interacción cooperativa con las otras personas en el trabajo, en la familia y en los entornos comunitarios. La manera más lógica de resaltar el uso del conocimiento y las habilidades de los estudiantes dentro de un marco cooperativo, tal como deberán hacer cuando sean miembros adultos de la sociedad, es dedicar mucho tiempo al aprendizaje de estas habilidades en relaciones cooperativas con los demás.

No aplicar un método que no nos acaba de satisfacer, evidentemente, es muy legítimo. Pero si el trabajo en equipo, además de un método, es también un contenido que deben aprender los estudiantes, no podemos evitar su enseñanza diciendo que los estudiantes no saben trabajar en equipo, sino que tendremos que enseñárselo, identificando qué es lo que no funciona y cambiando lo que sea necesario, e insistir tanto como haga falta hasta que lo aprendan. Si se insiste, en la institución educativa, tanto como sea necesario para que los estudiantes aprendan a leer y escribir. ¿Por qué los docentes se cansan tan pronto de hacer que aprendan a trabajar en equipo? Las condiciones que deben darse para que puedan hablar, propiamente, de trabajo en equipos cooperativos, les pueden ayudar a programar y planificar mejor este aprendizaje, y a identificar los puntos débiles, lo que puede ser objeto de mejora, para que los estudiantes progresen cada vez más en esta habilidad. Así, más que lamentarse los docentes diciendo que los estudiantes no saben trabajar en equipo, se debe centrar el esfuerzo en el desarrollo de actividades expresamente diseñadas para enseñarles a trabajar en equipo.

EL APRENDIZAJE CONTINUO.

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El aprendizaje continuo es el proceso a través del cual se adquieren nuevas habilidades, destrezas, conocimientos, conductas o valores como resultado del estudio, la experiencia, la instrucción y la observación. La persona se apropia del conocimiento en sus distintas dimensiones: conceptos, procedimientos, actitudes y valores.

Aprender y enseñar son procesos donde las emociones juegan papeles muy diferentes: hay emociones que benefician el aprendizaje y otras que lo dificultan. Por eso es necesaria una perspectiva que integre las teorías cognitivas del aprendizaje con las teorías socioemocionales. No se puede aprender ni se pueden transmitir valores si no hay emoción, y todas las investigaciones neurológicas nos dicen que todo aquello que se aprende con emoción queda grabado para siempre en el cerebro.

La educación emocional, es decir, el proceso de enseñanza/aprendizaje de las emociones, tienen como objetivo el desarrollo integral de la persona armonizando los componentes cognitivo y afectivo. La educación para el futuro se fundamenta en cuatro pilares fundamentales: Aprender a conocer, Aprender a ser, Aprender a hacer y Aprender a vivir en comunidad.
  1. Aprender a conocer, es ir descubriendo y perfeccionando las diversas facetas de nuestras capacidades intelectuales. Pero asegura que los métodos que deben ser utilizados para conocer deben favorecer el placer de comprender y descubrir, es decir, factores emocionales unidos al aprendizaje que lo potencian y lo hacen estimulante. El estudiante necesita sentirse seguro y confiado para salir a descubrir el mundo. Es necesario poner en contacto a los estudiantes con los conocimientos, entretejidos por la historia y la cultura, que se organizan en contenidos curriculares y se aprenden en la institución educativa, pero también, con el mundo que les rodea por medio de sus relaciones con el entorno, la familia, los iguales y los medios de comunicación, ayudándoles a analizar esta realidad a través de estrategias de aprendizaje constructivo.
  2. Aprender a hacer, lo que implica adquirir una formación para poder desempeñar un trabajo y a la vez una serie de competencias personales, como trabajar en grupo, tomar decisiones, crear sinergias. El estudiante aprende a desarrollar habilidades y destrezas, observando, experimentando y descubriendo todos los objetos que encuentra a su alrededor. El estudiante aprende a hacer con sus más próximos, en la realidad cotidiana del hogar y de la escuela, cuando se le permite manipular, asociar y establecer relaciones entre diferentes elementos, estamos permitiendo que aprenda a hacer. La creatividad como capacidad creadora, que permite abrir hacia nuevas fronteras, se fomenta estimulando a los estudiantes a investigar, descubrir, explorar, experimentar, y en esta tarea pueden participar familia y escuela, por medio de estrategias innovadoras de trabajo común.
  3. Aprender a convivir y trabajar en proyectos comunes. Este es uno de los retos para este siglo, ya que la convivencia entre personas diferentes nos obliga a descubrir lo que tenemos en común y a comprender que todos somos interdependientes. Sin embargo, para descubrir al otro antes tenemos que descubrirnos a nosotros mismos. El informe hace referencia a competencias, disciplina, método, y hábitos como el autoconocimiento, la empatía y la destreza social. Aprender a vivir en comunidad. Favorecer una educación para la vida comunitaria, desde el ámbito familiar, es fundamental para los estudiantes aprenda a ejercitar la participación, la cooperación, el diálogo y la toma decisiones consensuadas y compartir los conocimientos y la vida, de forma que luego sea capaz de transferir estos aprendizajes a otros contextos sociales. 
  4. Aprender a ser, los estudiantes han de aprender a ser desde lo social y lo individual. Maslow es conocido mundialmente por sus trabajos acerca de la motivación humana; distinguió entre la motivación y la necesidad o el deseo. Las necesidades pueden ser de 2 tipos, necesidades de déficit y necesidades de desarrollo o metanecesidades. Las necesidades de déficit son las necesidades fisiológicas, las de seguridad, de afiliación y de afecto y las necesidades de aprecio que se dividen en 2, las que se refieren al amor propio, al respeto de sí y a la consideración propia, y a las que se refieren al respeto por parte de otros: reputación, posición, fama, gloria. Las necesidades de desarrollo están comprendidas en el concepto de autorrealización.

Aprender a aprender significa que los estudiantes se comprometan a construir su conocimiento a partir de sus aprendizajes y experiencias vitales anteriores con el fin reutilizar y aplicar el conocimiento y las habilidades en una variedad de contextos: en casa, en el trabajo, en la educación y la instrucción. En la competencia de la persona son cruciales la motivación y la confianza.

La competencia de Aprender a aprender, como todas las demás, por otra parte, implica desarrollar aspectos tanto cognitivos como emocionales. Desde luego, supone adquirir determinadas competencias metacognitivas, es decir, capacidades que permiten al estudiante conocer y regular sus propios procesos de aprendizaje. Pero, de nada sirve conocerse como aprendiz si lo que vemos al analizar nos desagrada y nos lleva por tanto a considerarnos poco capaces. La autoestima, la capacidad de aceptar el rechazo que provoca el error, la tensión que implica mantener el esfuerzo son algunas de las dimensiones de aprende a aprender que con mayor claridad revelan su naturaleza emocional.

“La educación debe formar para saber vivir y compartir lo mejor de cada uno” Javier Urra.

EL APRENDIZAJE COLABORATIVO.

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Los estudiantes en el aprendizaje colaborativo al igual que los docentes, tienen responsabilidades nuevas y diferentes de aquellas a las que estaban acostumbrados en la educación tradicional. MacGregor define siete cambios que deben hacer los estudiantes:

  1. Resolución activa de problemas, contribuyente y discutidor.
  2. Altas expectativas de preparación para preparación de la clase.
  3. Presencia pública con mucho riesgo.
  4. Asistencia dominada por expectativa comunal.
  5. Trabajo colaborativo con prójimos.
  6. Responsabilidades y autodefinición asociados al aprendizaje interdependiente.
  7. La persona, prójimos y comunidad vistos como fuentes importantes de autoridad y conocimiento

Estos son grandes cambios para los estudiantes, que implican nuevos roles y requieren diferentes destrezas. Bosworth argumenta que debemos enseñar estas destrezas a los estudiantes de la misma manera que debemos enseñar cualquier otro conjunto de destrezas, y propone una taxonomía de destrezas colaborativas que incluye destrezas interpersonales, de manejo de grupos, de investigación, de resolución de conflictos, y de síntesis y presentación. 

En algunos casos, los docentes pueden modelar las destrezas necesarias, pero el método primario para enseñar las destrezas del aprendizaje colaborativo descansa en la estructuración de la tarea de aprendizaje, de manera que la práctica de la destreza es el esencial logro de la tarea. Aunque se enseña mejor dentro del contexto de actividades de aprendizaje basadas en contenido, los docentes pueden comenzar a orientar a los estudiantes hacia los nuevos roles y ayudarles a desarrollar las destrezas del aprendizaje colaborativo al comenzar el primer día de clases. 

En el aula colaborativa, el docente crea un ambiente de aprendizaje en el cual los estudiantes interactúan uno con el otro. Esto es diferente de lo que sucede en muchas aulas educativas, en donde los estudiantes se sientan solos, pasan una significativa parte del tiempo escuchando pasivamente al docente, y se espera que no hablen porque esto distrae la atención que se supone debe enfocarse en el instructor. Es importante, por lo tanto, establecer de frente que en el aula colaborativa los estudiantes estarán interactuando. 

Una manera de animar a los estudiantes a que interactúen es el ofrecer a los participantes de la clase la oportunidad de conocerse. Las actividades estructuradas para las introducciones y saludos, llamadas “rompehielos” son buenas técnicas para conocerse. Los rompehielos disminuyen las tensiones y la torpeza de las clases iniciales, y ayudan a los estudiantes a desarrollar sentimientos de confort. También crean una confianza de interacción y, por lo tanto, son entradas útiles a la colaboración positiva y continuada. Aún si los docentes deciden retener un curso predominantemente basado en clases magistrales, encontrarán que la incorporación de algún nivel de rompehielos puede reducir el estrés en el estudiante e incrementar su voluntad de participar en discusiones que incluyan a toda la clase.

Un docente que se aprende los nombres de los estudiantes les muestra que los valora como individuos. El ayudar a los estudiantes a aprenderse los nombres de los otros, y a identificar intereses y experiencias compartidos tanto como las diferencias sobresalientes, demuestra que el instructor valora el que se conozcan uno al otro.

Las actividades colaborativas pueden usarse para introducir a los estudiantes al contenido de la clase, ayudando así a que se conozcan el uno al otro al mismo tiempo que están conociendo la materia del curso. Estas actividades pueden ayudar a los estudiantes a identificar conocimientos previos que son útiles, así como a clarificar algunas lagunas de aprendizaje que tengan. Los estudiantes pueden sentirse tranquilos sabiendo que otros están en situaciones parecidas al inicio, y pueden identificar habilidades o conocimientos excepcionales que posean algunos miembros del grupo. El uso del contenido de la clase también recalca los propósitos académicos en vez de los sociales de las actividades de aprendizaje colaborativo.

ESTRATEGIAS EN EL AULA.

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En todos los centros educativos es conveniente analizar las normas generales del centro educativo que configurarán un determinado clima, especialmente dirigidas a 3 aspectos: en relación al aprendizaje, en relación a las personas, en relación al entorno. Y a través de estas podemos mejorar las estrategias en el aula para un mejor aprender-aprender.

Estrategias para captar la atención en el aula de clases

  1. Inicio exacto y rápido de la clase sin relacionarlo con otras tareas. 
  2. Asegurar la atención de todos los estudiantes sin excepción y no empezar hasta que ésta no esté garantizada.
  3. Indicar de manera individual a los estudiantes distraído por su nombre y no de manera general.
  4. Detectar y neutralizar el efecto de elementos distractores.
  5. Comenzar la clase con actividades que la favorecen: preguntas breves sobre lo tratado en la clase anterior, actividades prácticas de corta duración, cuestiones o interrogantes que promuevan la curiosidad.
  6. Cuidar la ubicación: acercarse a los estudiantes de menor rendimiento.
  7. Cumplir y hacer cumplir las normas: puntualidad, material, etc., hasta hacer que sean interiorizadas. Alternar diferentes formas de presentación de los contenidos: lecturas, proyecciones, videos, etc.

Estrategias para mantenerla

  1. Mejorar el nivel de atención de la clase: El mantenimiento de la atención no es algo uniforme ni puede mantenerse por igual. Hay que asumir como normal los altibajos durante la jornada educacional, pero éstos se pueden atenuar teniendo en cuenta algunos aspectos como: tipo de la tarea, metodología empleada por el profesorado, tipo de estudiantes, ubicación horaria de la clase, etc. El análisis de estos elementos puede servir para planificar el tipo de actividades semanales y ubicarlas de acuerdo con el nivel de atención que se requiera en ellas.
  2. Diversificar los elementos de atención: Una sola corriente de atención hacia el docente o la actividad resulta monótona y propicia la fatiga y la distracción, por ello, una forma de mejorarla es planificar diferentes líneas de atención de la clase, no sólo hacia los docentes o la actividad, sino hacia los compañeros del grupo. La diversidad de actividad, de metodología y de distribución espacial del aula contribuyen a refrescar la atención y por ello a impedir o paliar problemas disruptivos en el aula.
  3. Incrementar la atención positiva frente a la negativa: Se trata de reforzar la conducta positiva y no centrar la atención en la negativa puesto que así se contribuye a reforzarla. El protagonismo se le debe dar a las conductas positivas, y no a comportamientos perturbadores, prestándoles más atención. 
  4. Variedad de tareas funcionales que evite la monotonía: Se propone realizar un análisis de distribución de los tiempos y de las actividades de la clase que tenemos en la actualidad para proponer mejorar su distribución. Los tiempos dedicados a cada actividad nos pueden permitir una más variada distribución y con ello aumentar los índices de atención y motivación.
  5. Evitar conductas leves molestas que no afecten significativamente, porque si se atiende a ellas, se refuerza la conducta negativa y su protagonismo, premiando precisamente lo que se quiere evitar.
  6. Evaluar cuando intervenir: Esto depende de nuestro buen criterio, pero como norma general, preguntarse “qué ocurriría si no se interviniese”. Si la conducta anómala persiste a pesar de evitarla, conviene hacer una advertencia personal en clase (firme, breve, privada, relajada, positiva, sin discutir). ƒ Cuando la advertencia en clase es ineficaz y la disrupción continua, conviene hacer una advertencia personal privada evitando la gratificación del contexto de la clase. Para ello se deben argumentar las razones para no tolerar tales conductas, petición de compromiso, responsabilidad ante incumplimiento del compromiso. ƒ 
  7. Cambios de ubicación en la clase: El cambio abre expectativa sobre lo novedoso, por lo tanto los cambios en la estructura de la clase en función de diferente actividad suponen una mejora sustancial en el nivel de atención. Cambios en la ubicación de algunos estudiantes más cercana al docente o más cercano o lejano a otros compañeros, cambios de ubicación de subgrupo en la clase, ganarse el sitio, sugerirle que cambie de ubicación.
  8. Tenemos la seguridad de que si ponemos en marcha sugerencias de este tipo o similares, el clima de sus aulas mejorará considerablemente.

PARADIGMA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR DESDE EL PUNTO DE VISTA CIENTÍFICO EN COLOMBIA

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La educación, en sentido amplio, tiene la misión de formar al individuo para la vida. El instituto educativo es el instrumento básico de sociabilidad a través del cual cada persona se habitúa en el medio donde vive, aprende a conocerlo, a convertirlo y a ocupar un lugar en él. La sociedad, por medio de la educación, se amplía en el tiempo, revaloriza y enriquece su acopio histórico y crea conciencia de grupo, favoreciendo a la integración de los ciudadanos que comparten elementos comunes de cultura, historia y trabajo.

Sin embargo la palabra “paradigma” se utiliza para otorgar el enfoque o concepción adoptado por el investigador. Este enfoque o concepción es adoptada por el que investiga. Una de las características más consensualmente admitidas acerca de la investigación educativa es su insuficiente efectividad para producir cambios reales en las prácticas pedagógicas o políticas. En este sentido, existe una abundante literatura donde se señala como problema central de la investigación, su desconexión con las necesidades reales, tanto de los docentes como de los políticos de la educación. Una evaluación global de este problema permitiría afirmar que la falta de efectividad de la investigación educativa no constituye ni un problema actual, ni un problema propio de América Latina. Un diagnóstico de este tipo se encuentra en la literatura universal y se viene repitiendo desde hace varias décadas.



LAS ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE.

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En la aulas de clases se puede apreciar cierta confusión terminológica en cuanto a aquello que se pretende que adquieran los estudiantes, por lo que conviene establecer las diferencias entre las diversas categorías que se utilizan, a saber: técnicas de estudio, estrategias de aprendizaje, habilidades cognitivas, procedimientos de aprendizaje. En numerosos textos se utilizan indistintamente, a pesar de que responden a realidades y, sobre todo, a ideas muy distintas sobre los procesos de enseñanza y de aprendizaje. 

A menudo se confunden capacidades con habilidades y con estrategias. Se habla de capacidades cuando nos referimos a un conjunto de disposiciones de tipo genético que, una vez desarrolladas a través de la experiencia que produce el contacto con un entorno culturalmente organizado, darán lugar a habilidades individuales. Por ejemplo, a partir de las capacidades de ver y oír con las que nace el sujeto, será posible que se convierta en un observador hábil, dependiendo de las oportunidades que reciba para lograr esta habilidad. Schmeck (1988) señala que las habilidades son capacidades que pueden expresarse en conductas en cualquier momento, porque han sido desarrolladas a través de la práctica y que, además, pueden utilizarse o aplicarse de manera consciente o inconsciente. 

Las estrategias de aprendizaje pueden definirse como procesos de toma de decisiones conscientes e intencionales, en los cuales el estudiante elige y rescata, de manera organizada, los conocimientos que necesita para cumplir una determinada tarea u objetivo, dependiendo de las características de la situación educativa en la que se presenta la acción. Es necesario distinguir, además, las estrategias de las técnicas. Las técnicas pueden ser utilizadas de manera más o menos mecánica, y su utilización no requiere la existencia de un propósito de aprendizaje por parte de quien las utiliza. 

Las estrategias son siempre conscientes, reflexionadas, y se dirigen a un objetivo relacionado con el aprendizaje. Esto significa que las técnicas, de alguna manera, están subordinadas a las estrategias, Es decir, la estrategia se considera como una guía de las acciones a realizar y obviamente, es anterior a la elección de cualquier otro procedimiento de actuación. La estrategia de aprendizaje puede entenderse como un conjunto de procesos que sirven de base a la realización de tareas intelectuales. También se define como un método para emprender una tarea o más generalmente para lograr un objetivo. 

Cada estrategia utilizará diversos procesos en el transcurso de su operación Derry define las estrategias de aprendizaje como “un conjunto de procedimientos y procesos mentales empleados por el individuo en una situación particular de aprendizaje para facilitar la adquisición de conocimientos”. En consecuencia, la posibilidad de llevar a cabo una tarea de aprendizaje presume la existencia de una capacidad de potencial necesaria y el dominio de algunos procedimientos y técnicas que permitan al estudiante tener éxito regularmente en la realización de dicha tarea. Generalmente, los procedimientos pueden definirse como maneras de actuar para conseguir un fin. 

En el ámbito de la formación universitaria, es posible distinguir una variedad de modalidades de actuación o de operación sobre datos o fenómenos que se repiten en distintas áreas curriculares y otras que están directamente vinculadas a una disciplina o área específica.

Clasificaciones

Existen diferentes maneras de clasificar las estrategias de aprendizaje. 

Dansereau divide las estrategias de aprendizaje en : 

  1. Primarias: son las que operan directamente sobre el material de aprendizaje y abarcan la comprensión-retención, recuperación y utilización de la información.
  2. De apoyo: tratan de mantener un clima cognitivo adecuado y se relacionan con el establecimiento de metas personales de aprendizaje. 

Derry y Murphy clasifican las estrategias en :

  1. Estrategias de memoria para listas y vocabulario extranjero.
  2. Estrategias de lectura-estudio, para textos escolares específicos
  3. Estrategias de resolución de problemas aplicables a las matemáticas.
  4. Estrategias de apoyo afectivo en todos los dominios, mediante el control de la ansiedad, el estrés y la impulsividad. 

Beltrán propone un conjunto de estrategias cognitivas que pueden ser de utilidad en situaciones de aprendizaje institucionales. Entre ellas, señala:

  1. Estrategias para la búsqueda de información: localizar la información en fuentes diversas, hacer preguntas, analizar el material. 
  2. Estrategias de asimilación de la información y retención: escuchar para facilitar la comprensión, estudiar para comprender, recordar, codificar y formar representaciones, lectura comprensiva, registro y control de la comprensión.
  3. Estrategas organizativas: priorizar, programar, disponer de recursos.
  4. Estrategias inventivas y creativas: razonar inductivamente, generar ideas, hipótesis y predicciones., usar analogías, aprovechar situaciones extrañas o interesantes.
  5. Estrategias analíticas: desarrolla una actitud crítica, razonar deductivamente, evaluar ideas e hipótesis. 
  6. Estrategias para la toma de decisiones: identificar alternativas, hacer elecciones racionales.
  7. Estrategias sociales: evitar conflictos interpersonales, cooperar y obtener cooperación, motivar a otros. La utilización de estrategias requiere de un sistema que controle continuamente el desarrollo de los acontecimientos y decida, cuando sea preciso, qué conocimientos hay que recuperar y cómo se deben coordinar para resolver cada nueva coyuntura. 

Este sistema puede caracterizarse por los siguientes aspectos: 

  1. Se basa en la reflexión consciente que realiza el estudiante, al explicarse el significado de los problemas que van apareciendo y al tomar decisiones sobre su posible resolución. 
  2. El estudiante que emplea una estrategia es, en todo momento, consciente de sus propósitos y cuando se desvía de ellos, es capaz de orientar o regular su acción. 
  3. Supone la supervisión permanente del proceso de aprendizaje, lo que supone la regulación en distintos momentos del proceso. 
  4. Se inicia con una etapa de planificación, en la que el estudiante formula qué se va a hacer en una determinada situación de aprendizaje. 
  5. El esfuerzo de planificación debe corresponder con la complejidad de la tarea y con el grado de familiaridad que tenga el estudiante con la actividad y el contexto en que ésta se desarrolla. 
  6. La siguiente etapa es la de la realización, controlando el desarrollo de su acción y realizando los cambios pertinentes e intencionales cuando lo considere imprescindible, para garantizar el logro de los objetivos deseados.

En conclusión, una vez que el estudiante califica que los resultados satisfacen la demanda de la actividad, se realiza la evaluación de la propia conducta, a través de la cual el estudiante analiza su actuación, con el fin de reconocer las decisiones cognitivas tomadas, apropiadas o no, para corregirlas en ocasiones posteriores. La aplicación consciente de este sistema de regulación permite establecer cómo, cuándo y por qué es adecuada una estrategia, y relacionar situaciones de aprendizaje con formas de actuación intelectual, de manera que pueda transferirlas a otros escenarios que presentan características similares.

LA CAPACIDAD DE APRENDER A APRENDER.

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En la actual tanto docentes como estudiantes han ido tomando poco a poco un nuevo rol dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje. Ya no basta con proporcionar información a los estudiantes, pues ellos tienen la ventaja de encontrar en Internet un cúmulo de contenidos importantes y relevantes para su formación. Los datos están a su alcance, no es necesario memorizarlos. La pregunta en la actualidad es: qué pueden o deben aprender de toda la información a la que tienen acceso; cómo lograr que adquieran conocimientos y que desarrollen gradualmente su autonomía y reflexión crítica y qué tipo de acciones pueden llevar a cabo los estudiantes de manera intencional para organizar sus procedimientos para aprender.

Para ello el docente debe conseguir que los estudiantes adquieran estrategias de aprendizaje, que les permitan asimilar significativamente aquello que estudian, independientemente del área de que se trate y, de manera muy enfatizada, que tengan conciencia y control de su propio proceso de aprendizaje. Si el docente logra que los estudiantes identifiquen los aprendizajes previos, así como sus carencias de información y conocimiento; que sepan dónde y cómo encontrar lo que requieren y, además que se familiaricen con los su proceso de aprendizaje. 

Para ello, se han de activar una serie de mecanismos que les permitan ubicarse conscientemente frente al desafío: percatándose de la exigencia, diseñando una estrategia para afrontarla, planificando sus recursos, identificando y corrigiendo errores, etc. Todos estos pasos son necesarios para procesar y comunicar información y conocimientos, contribuyendo de esta forma a desarrollar su autonomía, su creatividad, su capacidad de reflexión, a fin de que enfrente situaciones nuevas con mayor facilidad y éxito. 

En ese sentido, aprender a aprender activa no sólo procesos cognitivos sino metacognitivos, a través de los cuales el estudiante regula justamente la experiencia de conocer. La práctica de las estrategias de aprendizaje ocurre asociando diversos tipos de recursos y procesos cognitivos. La base de conocimientos es aquello que forma parte de los conocimientos previos de los estudiantes. Los procesos cognitivos básicos son los que se activan durante el procesamiento de la información: atención, percepción, codificación, almacenaje, recuperación, etc. El conocimiento estratégico se refiere precisamente a la puesta en marcha de estrategias para aprender contenidos específicos. 

La metacognición tiene que ver con la regulación activa de los procesos cognitivos esenciales para planear, resolver problemas y evaluar. La conciencia de esta función constituye el conocimiento metacognitivo. Como dijimos, todos estos elementos operan cuando se utiliza una estrategia para aprender, logrando así procesos cognitivos superiores: análisis, resolución de problemas, evaluación, etc. 

Aprender a aprender es un proceso de desarrollo de habilidades intelectuales y estrategias de aprendizaje y metaprendizaje, que faculta a los estudiantes a resolver problemas relativos a los saberes académicos o a campos en los que estos saberes son requeridos. Aprender a aprender implica hacerse competente para aplicar dichas estrategias. El papel de la institución educativa, en ese sentido, no es sólo que el estudiante sepa más, sino que entienda los conceptos y sea capaz de aplicar el conocimiento a nuevas situaciones. 

Existen distintas clasificaciones de las estrategias de aprendizaje. Algunas de las más citadas, básicamente son cuatro tipos de estrategias en función del tipo de aprendizaje que se demanda: de recirculación, de elaboración o procesamiento, de organización y de recuperación. Alonso, propone estrategias en función del tipo de información: de repetición, organización categorial, elaboración simple de tipo verbal o visual, representación gráfica, elaboración escrita simple, resumen y elaboración conceptual. Los procedimientos como contenidos escolares enumera un conjunto de habilidades que considera deben desarrollar los estudiantes para tener éxito académico: de búsqueda de información, asimilación y retención, organización, invención y creatividad, análisis, toma de decisiones, comunicación, sociales, metacognitivas y autoreguladoras. 

Otra forma de organizar las estrategias parte de considerar lo que dimensiones del Aprendizaje, las cuales incluyen no sólo aspectos propiamente cognitivos, sino metacognitivos y actitudinales. Este modelo acentúa los tipos de pensamiento que deben desarrollarse en los estudiantes para propiciar su aprendizaje, cada uno de ellos corresponde a una de las siguientes dimensiones:

  1. Actitudes y Percepciones: Ambos afectan las habilidades del estudiante para aprender. Es fundamental favorecer en los estudiantes actitudes y percepciones positivas.
  2. Adquirir e integrar el conocimiento: Integración de nuevos conocimientos con aquello que los estudiantes ya saben. 
  3. Extender y refinar el conocimiento: Análisis riguroso de lo aprendido. Se hace uso de estos procesos: comparación, clasificación, abstracción, razonamiento inductivo y deductivo, construcción de apoyo, análisis de errores y análisis de perspectivas.
  4. Uso significativo del conocimiento: Asegurar el uso significativo de los conocimientos a través de seis procesos de razonamiento que le dan sentido a los conocimientos: toma de decisiones, solución de problemas, invención, indagación experimental, investigación y análisis de sistemas. 

La capacidad de aprender a aprender no requiere de herramientas tecnológicas. Existen un sin número de estrategias, ninguna de las cuales demanda como condición necesaria para ponerse en práctica algo más que papel y lápiz. Sin embargo, las nuevas tecnologías de la información y comunicación representan tanto un desafío como un potencial que la escuela no puede ni debe ignorar. Por ello se debe buscar, selecciona, analiza, evalúa y utiliza la información proveniente de diversas fuentes. Se debe aprovecha los recursos tecnológicos a su alcance, como medios para comunicarse, obtener información y construir conocimiento en el proceso de aprender a aprender.

UN BUEN DOCENTE

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Una institución Educativa es en gran parte, los directivos y sus docentes. Pero ni unos ni otros se encuentran en estado "puro" o ideal. Se hacen y se seleccionan en un proceso lento y a veces fuerte. Pero por otra parte se tiene la ventaja de que existen modelos, tanto antiguos como actuales, que se aproximan a este ideal difícil. Ellos nos animan a caminar, siguiendo difícilmente pero con entusiasmo sus huellas. Si una institución Educativa logra asegurar la excelencia de sus docentes, tiene asegurada, en buena proporción, su excelencia como institución de educación.

ACTITUDES DEL BUEN DOCENTE 

Buscando acercarnos al ideal del docente auténtico, encontramos que se requieren varias condiciones, que enumeramos de manera tentativa. 

  1. Estima de su condición de educador. 
  2. Sincero aprecio por la juventud de hoy y por el alumno concreto. 
  3. Excelencia académica y competencia profesional. 
  4. Educación permanente. 
  5. Capacidad para comunicar el saber y los saberes. 

FUNCIONES DEL BUEN DOCENTE 

Un buen docente es aquel que logra desarrollar los capacidades intelectuales de sus estudiantes y formarlos científicamente. Para ello es importante una buena ejecución de los siguientes procesos educativos: 

  1. Formar la inteligencia más que la memoria de sus estudiantes.
  2. Facilitar el desarrollo de habilidades y destrezas 

DOCENCIA Y FORMACIÓN INTEGRAL 

La Formación integra es un término que abarca muchos aspectos. Y señala un ideal casi imposible. Incluye entre otras dimensiones también importantes la formación deportiva y en salud; psicológica, artística y cultural; intelectual y de carácter; social, ética, política; espiritual y religiosa. 

La docencia debe incluirse y moverse dentro de un marco más amplio y abarcador como es el de formación integral o educación superior. Por ello, las palabras "docente" o "profesor" resultan cortos o pobres para expresar toda la tarea que abarca el concepto de acción educativa. "Maestro", "formador, "educador" resultan conceptos más amplios, que trascienden la elemental transmisión de conocimientos y la simple formación de destrezas, técnicas o habilidades. Los docentes, en las instituciones educativa deben asumir también las exigentes tareas de ser "formadores" y "educadores". El término latino " educere " significa sacar de algo lo que está potencialmente contenido en ello. Educador es, "el que ayuda a crecer, a partir de lo que se tiene". En cada de los estudiantes existen en potencia energías latentes, tesoros millonarios que sólo esperan a alguien que los ponga en movimiento, los libere, los ayude a actuar. 

El buen docente fuera de ser eminente en conducir el proceso de enseñanza-aprendizaje de su propia área es el que apoyo a formar la personalidad total del universitario en los aspectos intelectual, cultural, artístico, deportivo, ético y religioso; en la maduración de la personalidad; en la actitud de servicio a la sociedad en la cual vivimos. Personalidad total que deberá caracterizar al egresado. 

Este compromiso del docente para ayudar a formar hombres capaces de hacer historia, lo lleva a la práctica: 

  1. Por la integridad de su propia conducta y desempeño, que lo constituye en modelo de identificación para sus estudiantes. 
  2. La colaboración y apoyo que desde su diferente área (matemáticas, disciplinas de la salud, diseño, economía, ingenierías, computación.) preste a la labor intencional de tipo humanístico, ético y social de las varias Facultades e Instituciones Educativas. 
  3. La colaboración y apoyo a toda el área de Extensión de la Institución Educativa, que precisamente predice y organiza actividades culturales, deportivas, recreativas, altruistas y de todo tipo (por fuera del sector académico), con miras a una mejor educación y formación integral de los estudiantes.

APRENDIZAJE IMPLÍCITO O EXPLÍCITO.

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En gran parte la conducta de las personas es conducta aprendida, siendo resultado de aprendizaje las formas de conducta y estructuras de conocimiento logradas. El aprendizaje se produce necesariamente de forma continua a lo largo de la vida de la persona, constituyendo algo inseparable a su propia naturaleza. Aprender es propio del ser humano. Según una conceptuación originaria de la filosofía aristotélica, el aprendizaje es un propiedad esencial del ser humano, aunque sin constituir la esencia de su ser.
La persona que aprende, se denomina aprendiz. Por el aprendizaje las personas adquieren conocimientos y conducta, implicando básicamente cambios en el conocimiento y el comportamiento respecto de las mismas. El sistema humano de aprendizaje está activo en todo momento. Desde el nacimiento, a lo largo de la vida, y hasta el final de la misma, en los seres humanos se producen distintos procesos de aprendizaje, con resultados desiguales, aunque coherentes. 

Cualquier tipo de actividad humana, artesana, técnica, deportiva, artística o de pensamiento, aun no siendo una actividad de aprendizaje específica e intencionalmente pretendida, implica aprendizaje como valor añadido. Incluso la repetición de la misma actividad, puede permitir un aprendizaje, en la medida en que consolide el dominio de la habilidad o destreza específica, hasta lograr su automatización. 

La práctica examinada, con determinadas condiciones, constituye un principio básico del aprendizaje compartido por las distintas teorías. Es necesario remediar en que el término aprendizaje se emplea para denotar el proceso y también el resultado del mismo. Esto es, el cambio que resulta del proceso de aprendizaje se denomina también aprendizaje. Conforme a la índole propedéutica,  analizaremos determinados rasgos del aprendizaje, como el de constituir un proceso o actividad permanente y el de implicar o constituir un cambio o modificación en el conocimiento y la conducta, de carácter relativamente estable. Asimismo, se contemplan tipos o modalidades sustantivas de aprendizajes. 

Aprendizaje implícito y aprendizaje explícito constituyen dos grandes modalidades de aprendizaje, que se originan en situaciones y condiciones distintas, con características diferenciales y rasgos comunes, cuyos resultados se interrelacionan en forma constante, a veces de modo intenso. El aprendizaje implícito, incidental, espontáneo, tácito, inconsciente, ocurre constantemente sin que el sujeto tenga el propósito de aprender, ni conciencia de estar aprendiendo. Incorpora un amplio rango de experiencias del aprendiz en sus frecuentes interacciones con el mundo físico y social, destacando la importancia del contexto sociocultural, que Vitgotsky analizó de modo agudo y fecundo. Incluye la captación de regularidades en el entorno, con efectos en la predicción y control de sucesos que ocurren en el mismo, entrañando un gran valor adaptativo, aunque sin agotar las enormes posibilidades del sistema de aprendizaje humano. Ejerce una notable influencia en el proceso de aprendizaje explícito, comprendido el que tiene lugar en la institución escolar. 

El aprendizaje explicito, se produce con conciencia del aprendiz de la actividad o esfuerzo personal que realiza con el propósito de aprender algo, generalmente contando con la ayuda de otro, como la que inmediata, deliberada y sistemáticamente tiene lugar en una institución educativa (docente en presencia); o bien con la ayuda mediata, indirecta (docente a distancia), mediando un instrumento elaborado para dicha función, como el libro de texto, un programa informático, un folleto de instrucciones u otro producto cultural. Vale la pena insistir en que lo decisivo en el aprendizaje es la actividad interna del aprendiz, limitándose los medios, instrumentos y personas, profesores incluidos, a ayudarle o facilitarle, desde el exterior, el propio proceso personal de aprendizaje, creando deliberadamente situaciones con las condiciones pertinentes para que el aprendiz procese adecuadamente los estímulos informativos que inciden en sus órganos sensoriales.

El aprendizaje se produce en y sólo en la cabeza del aprendiz, sin que este recurso expresivo signifique necesariamente una concepción dualista mente-cuerpo. Es el aprendiz quien realiza el procesamiento de la información recibida, sin que nadie pueda realizarlo por él. En sus interacciones con objetos y personas el sujeto observa ciertas regularidades en el entorno, aprendiendo, generalmente mediante procesos asociativos, qué cosas tienden a suceder juntas y qué consecuencias se siguen para la propia conducta, en cuya virtud alcanza conocimientos implícitos que se organizan en ciertas concepciones personales o teorías implícitas relativas a diferentes ámbitos, como el movimiento de los cuerpos, la meteorología, la salud o el comportamiento de las personas. Este tipo de conocimiento influye vigorosamente en el ulterior aprendizaje sistemático en dichos ámbitos o áreas, así como en la propia conducta. 

Estas ideas o teorías intuitivas constituyen conocimientos muy eficaces para el sujeto en la predicción y control de sus interacciones con el entorno. Personal y activamente generadas, se hallan fuertemente radicadas, pudiendo también interferir y dificultar el aprendizaje de las teorías científicas sistemáticamente elaboradas. Por ejemplo, los aprendices pueden encontrar dificultades en el aprendizaje de las leyes de Newton por efecto de su concepción personal o teoría intuitiva sobre el movimiento de los cuerpos, incompatible con la teoría científica, lo que requerirá un proceso de cambio conceptual, con profundos cambios o modificaciones en las estructuras de conocimientos del aprendiz. 

Frecuentemente el aprendizaje comporta des-aprender, sean las incorrectas concepciones o conocimientos implícitos anteriores, sean determinadas conductas o hábitos inapropiados previamente adquiridos, para lo que se requieren nuevas actividades y ayudas externas, en un proceso de des-aprendizaje y re-aprendizaje nuevo.

DOS POLOS EN EL APRENDIZAJE.

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El aprendizaje se ha definido en diferentes directrices que se pueden ubicar entre dos polos: el conductismo y el cognoscitivismo. 

El conductismo hace énfasis en las condiciones externas que favorecen el aprendizaje; lo principal es la respuesta y el reforzamiento de aquellas que se encaminen a lograr el resultado esperado. Por su parte, en la tendencia cognoscitivista lo fundamental es el estudiante con su campo vital, su estructura cognoscitiva y sus expectativas. En el conductismo el aprendizaje es visto como un proceso progresivo de reforzamiento de respuestas, o sea, el objetivo es consolidar esta acción para incorporarla a patrones de conducta existentes. Pues este representa un conjunto de estímulos y se evaden el papel activo del sujeto y los factores psicológicos que intervienen en este proceso. 

Para el cognoscitivismo el aprendizaje es ir más allá de la información obtenida, luego parte de un saber mediado y conformado por el hombre. Aquí se destaca el papel activo del sujeto, quien elabora, crea o desarrolla constructos, estructuras, metas o conceptos del mundo que fluye a su alrededor. El sujeto, por tanto, resulta sobredimensionado y se considera que el sujeto todo lo hace sin una influencia o estímulo externo para aprender. 

Otra corriente, es el humanismo, quien le atribuye al sujeto que aprende toda la responsabilidad del proceso, en tanto que el docente debe respaldar un ambiente de confianza para garantizar el cambio. Luego entonces en el enfoque humanista se apoya un aprendizaje sin coacción, prescripción o imposición. Tampoco hay un aprendizaje conjunto. Todo el proceso de enseñanza-aprendizaje está regido por las motivaciones de condiciones, de modo que al docente le queda la tarea de formar una conciencia desarrolladora de la personalidad de cada estudiante. 

De acuerdo con Vigotsky, el aprendizaje es aquel proceso en el cual el individuo asimila determinada experiencia histórico-cultural al mismo tiempo que se apropia de ella. Esto, por supuesto, necesita de un sujeto activo, que le dé sentido a esta experiencia, transformándola en su subjetividad; o sea que el aprendizaje es “un proceso que partiendo de lo externo, del medio como fuente proveedora, se realiza por y en el individuo atendiendo a sus necesidades y a través de la actividad y la comunicación propias y de los otros como portadores estos últimos, de toda la riqueza individual y social.”

El aprendizaje tiene lugar en un sistema interpersonal y, por tanto a través de las interacciones con el docente y con los compañeros del aula, el estudiante aprende los instrumentos cognitivos y comunicativos de su cultura. El objetivo de la teoría de Vigotsky es descubrir y estimular la zona de desarrollo potencial o zona de desarrollo próximo en cada estudiante; en esta teoría se destaca la idea de que el sujeto no se limita a responder a los estímulos de modo pasivo o mecánico sino que actúa sobre ellos. 

A través de la mediación social que el conocimiento se hace viable y gana coherencia. La mediación constituye entonces un mecanismo mediante el cual las actividades socio-culturales externas se transforman en funcionamiento mental interno. Cuando se aprende esta mediación puede ser un libro, un material visual, el discurso del aula, la instrucción o cualquier otra forma de ayuda del docente. La mediación social en la forma de interacción puede ocurrir entre una persona experta y otra con menos experiencia; en el aula esta mediación puede darse entre el docente como experto y el estudiante o entre los propios estudiantes. 

Desde la concepción vigostkiana de mediación, el pensamiento humano surge en el contexto de actividades que están presentes en escenarios sociales y culturales específicos. Aplicando este idea al aula, la mediación incluye los medios de enseñanza-aprendizaje; la misma puede ocurrir de manera escrita o hablada, pues ambas formas son importantes para la construcción del conocimiento y el desarrollo cognitivo. El papel mediacional del docente no implica un trabajo o esfuerzo adicional de su parte, sino que su papel adquiere una forma cualitativamente superior y diferente. 

El papel del docente desde una visión socio-cultural va más allá de simplemente proveer al estudiante conocimientos, sino que la misma es empleada como una herramienta cognitiva que le permite desarrollar pensamientos e ideas. El proceso de pensamiento es un indicador de desarrollo en los estudiantes quienes son capaces de completar tareas de manera independiente a medida que alcanzan su nivel potencial de desarrollo. La enseñanza desde una visión socio-cultural no implica sencillamente prestar atención al material académico que se enseña sino además prestar atención al sujeto que aprende, pues los docente deben propiciar a los estudiantes un ambiente de guía y de apoyo además del conocimiento que está por encima del nivel actual que ellos poseen. 

El significado se construye mediante la actividad conjunta y no mediante la transmisión de conocimiento del docente a los estudiantes; el conocimiento no se transfiere del docente al estudiante sino que se ayuda a este a transformar el conocimiento que recibe mediante la construcción de significado y con recursos como son el conocimiento de sus participantes, de los libros y de otros medios en el contenido del aula.

EL ARTE DE ESTUDIAR.

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Estudiar es un ensayo sistemático de comprender, asimilar, fijar y recordar los contenidos objeto del aprendizaje, sustentadas por metodologías adecuadas. El estudiar requiere una actitud de la mente y de la voluntad decidida de aprender. Estudiar es un oficio y un arte, es una actividad habitual mediante la cual el estudiante realiza el aprendizaje y saber estudiar es necesario para ganar la batalla al fracaso escolar. Lo primero que debe tener presente el estudiante que para saber estudiar es debe conocerse a sí mismos, cuanto mejor se conozcan, en mejores condiciones estarán en obtener buenos resultados y de mejorar aquellos aspectos en los que fallan. 

Estudiar, y que ese tiempo dedicado al estudio sea efectivo, es el objetivo. Sin embargo, no siempre esto es así. Algunas veces porque les cuesta a los estudiantes sentarse a estudiar y lo van dejando para después. Otras veces porque, aunque estudien, no logran aprobar, etc. ¿Qué pueden hacer los estudiantes para sacarle provecho al estudio?

La planificación es una actividad necesaria para sacar adelante cualquier proyecto, y es muy útil de cara al estudio. Planificar implica realizar una reflexión previa sobre los objetivos que se persiguen, las actividades que conducen a ellos, las prioridades, el tiempo del que disponemos y su distribución. Seguir una planificación preestablecida evita que se improvise, pero nunca debe convertirse en una cadena que les esclavice, sino en una herramienta que nos ayuda a conducir el esfuerzo de manera eficaz. Se trata de administrar el tiempo de una manera metódica, economizando y simplificando el tiempo de estudio, pero sin caer en inflexibilidades ni uniones. Estudiar de forma sistemática contribuye a crear el tan nombrado “hábito de estudio” y a ahorrar tiempo y esfuerzo. La planificación debe ser además una guía dinámica. Una vez realizada debe ir adaptándose progresivamente para ser más eficaz y responder a la realidad del día a día. Podemos y debemos ir evaluando el grado de cumplimiento del programa e ir introduciendo sobre la marcha los ajustes necesarios.

Existe una técnica que permite la memorización eficaz al momento de estudiar ella es llamada mnemotécnicas. A través de esta técnica podemos definir la memoria como la facultad que tenemos los humanos para recordar los datos y las ideas precisas en el momento deseado. Es una capacidad fundamental al servicio del aprendizaje y que ha de ejercitarse y cultivarse; la eficacia de la memoria requiere un método de estudio lógico y sistemático y además existen otros factores que influyen en ella: 

  1. Factores físicos: Una alimentación equilibrada, descanso suficiente y correcta respiración. 
  2. Factores psíquicos: Ser realistas en nuestras metas y aspiraciones, controlar el pensamiento y afrontar las situaciones problema y solucionarlas. 
  3. Factores intelectuales: Debe existir verdadera motivación e interés en aprender para efectuar la comprensión de los datos, factor imprescindible de la memorización. 

Tipos de memoria:

El proceso de memorización supone la fijación de la información en el cerebro y su progresiva consolidación. En este proceso intervienen tres tipos de memoria: 

  1. La memoria sensorial que nos permite captar los estímulos durante un espacio mínimo de tiempo. En menos de un segundo el cerebro puede recibir la información que ha sido captada a través de los sentidos. Así podemos hablar de memoria auditiva, táctil, olfativa.
  2. La memoria a corto plazo es muy importante. Su duración también es breve. Durante unos segundos el cerebro procesa información en un acto único de atención que queda limitado al presente. El tiempo de retención puede oscilar entre escasos segundos y un minuto. En este período de tiempo tan corto se puede perder la mayor parte de la información registrada si no se dedican unos minutos al final del aprendizaje para buscar un hueco en el cerebro donde archivar la información.
  3. La memoria a largo plazo es el tipo de memoria más importante. Su capacidad es ilimitada. La memoria a largo plazo no acumula imágenes y palabras, sino conceptos y significados. 

Para facilitar el proceso de la memorización efectiva podemos utilizar lo siguiente: 

  1. Relacionar ideas: Organizar los datos en unidades con sentido, agrupados de acuerdo a un principio básico general, ya que así una idea evocará a otra.
  2. Recodificar el material: imponer nuestra propia estructura al material, cuidando que esa estructura sea adecuada al contenido.
  3. Dividir el material: el material a memorizar debe ser fragmentado en unidades con sentido que memorizaremos una a una. Cuando hayamos terminado, realizaremos una globalización de lo fragmentado. 
  4. Utilizar el interés del estímulo: la curiosidad y el verdadero interés, una buena concentración y la ausencia de nervios, ayudarán la memorización.
  5. Repetición regular: este es el mejor medio para garantizar la fortaleza del estímulo. El repaso periódico de lo estudiado es fundamental para no olvidar la información. 


Existen una serie de “trucos” para poder memorizar ciertos tipos de materiales que por diferentes motivos: la excesiva longitud, escaso interés, términos complicados, son muy difíciles de almacenar en nuestra memoria. Estos trucos son las técnicas mnemotécnicas. Mnemotecnia esto es un arte que procura aumentar la capacidad de retención de la memoria por medio de ciertas combinaciones o artificios.

A continuación vamos a explicar algunas reglas de este tipo que te pueden ser útiles: 

  1. Técnica de la Historia: consiste en construir una historia con los elementos que han de memorizarse. 
  2. Técnica de los lugares: consiste en asociar cada uno de los elementos que se desean memorizar con los lugares de un recorrido que nos es familiar (por ejemplo, el recorrido que hacemos todos los días desde casa al colegio).
  3. Técnica de la Cadena: consiste en concatenar aquellas palabras que dentro de un resumen o de un esquema recogen el significado fundamental y que se encuentran lógicamente relacionadas. 
  4. Oración Creativa: consiste en concentrar, por medio de una palabra o agrupación de ellas, un significado o contenido de un tema.

LA ENSEÑANZA COMO ARTE O CIENCIA.

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El tema de debatir si la enseñanza es un arte o una ciencia ha sido uno de los deportes favoritos de los docentes durante años. Cuando se define como arte, entonces la enseñanza exige inspiración, intuición, talento y creatividad. Pero, si es una ciencia, la enseñanza exige conocimiento y destrezas que por supuesto pueden ser aprendidas. No obstante la mayoría está de acuerdo en que la enseñanza tiene tanto elementos artísticos como científicos. 

En la enseñanza el docente debe actuar como mediador en el proceso de aprender de los estudiantes; debe estimular y motivar, aportar criterios y diagnosticar situaciones de aprendizaje de cada estudiante y del conjunto de la clase, clarificar y aportar valores y ayudar a que los estudiantes desarrollen los suyos propios, por último, debe promover y facilitar las relaciones humanas en la clase y en la escuela, y, ser su orientador personal y profesional. 

Al enfrentar las exigencias educativas actuales, la labor docente se reorientará hacia una actitud tutorial, semejante a la de coordinar, asesorar y facilitar experiencias educativas en las que el estudiante logre aprender. Además, en las aulas se privilegiará un clima de libre expresión y las experiencias educativas serán iniciadas por el uso planeado, intencional y significativo de la pregunta como activadora de procesos integradores. Por otro lado, se aprovechará al máximo el trabajo grupal para la construcción y reconstrucción del conocimiento a través de la interacción con los otros, a su vez se trabajará por el desarrollo de capacidades cognoscitivas específicas como son la comprensión del lenguaje, el análisis y la síntesis. El profesor programará ejercicios y reactivos orientados a la solución de problemas, así como experiencias de enseñanza que propicien el pensamiento reflexivo y crítico. 

En la evaluación diagnóstica que se haga del estudiante antes de iniciar el curso o la unidad, será un aspecto de importancia extrema para la planeación siguiente del programa. Por tanto, la tarea educativa consistirá no en transmitir toda la extensa información disponible, sino en enseñar al estudiante estrategias que le permitan adquirirla e interpretarla por sí mismo, esto es, que le permitan aprender a aprender. La evaluación, como parte integral del proceso de enseñanza y aprendizaje será utilizada como instrumento para identificar los logros alcanzados, los errores cometidos, los elementos que han favorecido o impedido el aprendizaje, para determinar los ajustes necesarios a la intervención pedagógica. 

La evaluación por métodos permitirá una acción reguladora entre los procesos de enseñanza y aprendizaje, de manera que no sólo el estudiante deba adaptarse al sistema educativo, sino que el propio sistema se adecue a él. El estudiante es el protagonista de su propio aprendizaje, de su propia capacidad de imaginar. Los estudiantes manifiestan verdades conocidas para el docente pero nuevas para ellos. La imaginación no tendrá límites y habrá que buscar la forma de comunicarla a los compañeros, discutirla, compartirla y disfrutarla. El estudiante es más creativo y participativo y el objeto de conocimiento se construye activamente en la mente de los estudiantes.

La función es acompañar y facilitar el camino de aprendizaje del estudiante. Un camino que deberá ser transitado al mismo tiempo que construido por cada individuo. La labor del docente será estimular dicha construcción, y no esperar del otro lado del camino, o alzar en brazos al estudiante y caminar por él. Las enunciaciones anteriores nos conducen a considerar que la enseñanza aprendizaje es un proceso continuo de construcción a partir de la apropiación que docentes y estudiantes hacen en torno a su quehacer. Bajo la figura del aprendizaje significativo la enseñanza se concibe como el proceso en el que se proporcionan al estudiante escenarios adecuados y útiles para el desarrollo de sus capacidades de construcción de significados a partir de las experiencias de aprendizajes. 

De acuerdo al aprendizaje significativo, los nuevos conocimientos se incorporan en forma real en la estructura cognitiva del estudiante. Esto se logra cuando el estudiante relaciona los nuevos conocimientos con los anteriormente adquiridos; pero también es necesario que el estudiante se interese por aprender lo que se le está mostrando. Ausubel, considera que el aprendizaje por descubrimiento no debe ser presentado como opuesto al aprendizaje por exposición, ya que éste puede ser igual de eficaz, si se cumplen unas características. Así, el aprendizaje puede darse por recepción o por descubrimiento, como estrategia de enseñanza, y puede lograr un aprendizaje significativo o memorístico y repetitivo. 

Ventajas del Aprendizaje Significativo: 

  1. Origina una retención más duradera de la información.
  2. Proporciona el obtener nuevos conocimientos relacionados con los anteriormente adquiridos de forma significativa, ya que al estar claros en la estructura cognitiva se facilita la retención del nuevo contenido. 
  3. La nueva información al ser relacionada con la anterior, es guardada en la memoria a largo plazo. Es activo, pues depende de la asimilación de las actividades de aprendizaje por parte del estudiante. 
  4. Es personal, ya que la significación de aprendizaje depende los recursos cognitivos del estudiante.

COMO APRENDER-APRENDER.

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De acuerdo con muchos autores no hay una receta mágica que diga cómo estudiar, sin embargo aseguran que el estudio es un arte, entre más practiques las técnicas, mejoran tus resultados. Hoy podremos encontrar algunas técnicas de estudio para mejorar el arte de estudiar:

1. La imagen es la clave del recuerdo: Las imágenes nos llaman y nos cautivan, luego es lógico que sean mejor recordadas que las palabras, los sonidos o los olores. La idea, en lo que se refiere al estudio, es traducir los conceptos abstractos a imágenes. Algunos lo hacen con facilidad, a otros le cuesta mucho. Pero en todas las personas se puede incrementar esta facultad natural. Acostúmbrese a usar esquemas (MAPAS MENTALES). Acostúmbrese a imaginar situaciones donde se aplican los conceptos que aprende.

2. La atención a la atención: No estamos atentos, los estudiantes por lo general no suelen estar atentos con los cinco sentidos. La atención es una capacidad que se está reduciendo en nuestra época. El descuido en la atención tiene consecuencias, los recuerdos son débiles y caprichosos. La memoria no nos ayuda porque ni siquiera creamos circuitos neuronales suficientemente estables. Todo ello tiene una corrección, prestar atención con todos los sentidos: observar con atención. 

3. El comprender también se olvida: Algunos creen que la clave del recuerdo está en la comprensión. Pues esto no es cierto, los estudiantes puede leer todo un libro y luego, si nos preguntaran sobre lo leído, apenas mantienen alguna información en la cabeza. La comprensión de un texto, o de una conferencia, es una condición necesaria para el recuerdo, no una condición suficiente. Los estudiantes suelen recordar las sensaciones y emociones con mayor redundancia; las ideas, sobre todo si son complejas se van con quien las enuncia. Este aparente empeño de la memoria resulta de escuchar sin atender a fondo; entonces los estudiantes quedan expuestos a los detalles que captan su atención inconsciente. Lo más abstracto se pierde. 

4. No hay aprendizaje sin acción: Cuanto más activo los estudiantes, menos olvidan. Se trata de actividad mental, no física. La pasividad, la simple receptividad, con ser buena tampoco es suficiente. Incrementar la actividad en situación de estudiantes puede ser la cuadratura del círculo. Cuando uno está como estudiantes no tiene muchas oportunidades de ser activo; de ahí que en una clase el que más aprende suele ser el que menos lo necesita el docente. El estudiante está en una especie de jaula. No debe moverse, no debe hablar excepto para formular alguna pregunta, no debe, todo esto obstaculiza el proceso de la clase. El docente debe aportar y motivar al estudiante a tomar algunas notas, apuntes, materiales, guías, talleres como un sujeto activo de la clase. 

5. El Repaso: El repaso fortalece lo comprendido. El repaso elimina gran parte de las características caprichosas de la memoria; pero debe hacerse con método, retenerlo a un calendario. Una vez comprendido un tema el primer repaso debe ser pronto. Se aconseja que el primero al finalizar la clase; luego a las 24 horas, a la semana, al mes, a los seis meses. 

6. El Escribir: Si los docentes desean que sus estudiantes aprendan a aprender debe ensenarle que escriban. Cuando se realiza la operación tan sencilla como poco practicada de poner por escrito nuestro pensamiento, algo pasa. El ser humano se permite decir muchas simplezas cuando habla; al leerlas saltan a la vista. Al hablar, las frases quedan inconclusas y el interlocutor también entiende. Al escribir el estudiante debe terminar lo dicho; no valen gestos que ilustran mejor que mil palabras. Hay que ajustarse a una disciplina poner una palabra detrás de la otra.

7. El esquema: Es un consejo que dan algunos autores y que es válido para cualquier actividad donde se manejen ideas y donde haya que tomar decisiones. En este contexto ser esquemático no significa nada malo. No se trata de reducir la complejidad de la vida, sino de eliminar todas las palabras sobrantes. Convertir el pensamiento en un tablero de ajedrez donde cada idea tiene un lugar y un valor.

8. La autoexaminación: Un estudiante eficaz es autosuficiente no necesita del examen para enterarse si realmente conoce el tema. De allí que, intuitivamente o por método, dedica gran parte de su esfuerzo a elaborar exámenes privados. Un estudiante eficaz se autoexamina antes de que lo hagan los demás. Por otro lado, crear un cuestionario es una excelente forma de repasar. De allí que no se pierde el tiempo. Se recomienda a los estudiantes que hagan la prueba; trate de crear un cuestionario de examen sobre la materia que estudia y verá lo que sucede. 

9. Duplicar el tiempo: Gestionar el tiempo es clave para aprender algo sistemáticamente. El tiempo es un bien escaso; más aún que el dinero. El dinero va y viene, el tiempo sólo se va. Recordemos a los hábitos solo se los puede cambiar construyendo nuevos hábitos. Y para ello se necesita tiempo. 

De acuerdo, a lo que dicen los hindúes que a cada humano se le asigna un número finito de respiraciones. No podemos cambiarlo, sólo podemos inhalar y exhalar más despacio. Las respiraciones serán las mismas, están contadas, pero la vida será más larga; quizás esto puede sonar como una metáfora, pero una metáfora importante. Quizá llevemos una bomba de tiempo en nuestro interior, y cuando suena el reloj, estalla. En todo caso toma atención, gestionar nuestro tiempo es importantísimo. Demos al tiempo su valor. 

Comienza es el momento de Aprender a Aprender!

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La educación debe comenzar en la familia, continuar en la escuela y consolidarse a lo largo de la vida.

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