En la vida personal o en las actividades laborales frecuentemente nos encontramos con obstáculos invisibles, obstáculos que impiden avanzar, situaciones que se tornan conflictivas y no se entiende el porqué. Actividades que a personas les resultan sencillas se les puede presentar a otros como imposibles de realizar, acciones que no muestran mayor complejidad se transforman en inalcanzables. No se logra ver qué es, pero se sabe que obstruye el camino. Al mismo tiempo, se hacen esfuerzos para evadirlo, pero todo es en vano.
En estos momentos, la alternativa para avanzar en el camino de desarrollo puede implicar pedir ayuda. La figura que surge como la más idónea e indicada para asistir estos procesos de aprendizaje y cambio, es la del coach. El coach es una persona entrenada para detectar estas áreas de dificultad, estas barreras invisibles que traban el crecimiento o dificultan el desempeño. Su rol es acompañar y facilitar el desarrollo de las potencialidades de las personas, ayudando a superar las trabas y resistencias que limitan su accionar y dificultan la concreción de sus objetivos. Podemos definir al coach como un facilitador del desarrollo personal.
En estos momentos, la alternativa para avanzar en el camino de desarrollo puede implicar pedir ayuda. La figura que surge como la más idónea e indicada para asistir estos procesos de aprendizaje y cambio, es la del coach. El coach es una persona entrenada para detectar estas áreas de dificultad, estas barreras invisibles que traban el crecimiento o dificultan el desempeño. Su rol es acompañar y facilitar el desarrollo de las potencialidades de las personas, ayudando a superar las trabas y resistencias que limitan su accionar y dificultan la concreción de sus objetivos. Podemos definir al coach como un facilitador del desarrollo personal.
El coaching es un proceso sistemático que facilita el aprendizaje y promueve cambios cognitivos, emocionales y conductuales que expanden la capacidad de acción en función del logro de las metas propuestas. Se trata de un método emergente que trabaja en la facilitación de los procesos de desarrollo de las personas: en la evolución profesional, en los tránsitos de la carrera laboral, en el logro de objetivos, en la disolución de obstáculos para el crecimiento personal y en la búsqueda del mejoramiento de los niveles de rendimiento. Es una poderosa herramienta que potencia el liderazgo, facilita el desempeño y acompaña procesos de capacitación y entrenamiento a los efectos de garantizar la efectiva adquisición de las competencias.
El Aprendizaje Transformacional es un aprendizaje que va más allá de las formas. No es un aprendizaje basado en prácticas cognitivas, sino que es un aprendizaje experiencial que desafía nuestros antiguos modelos del cómo aprender, invitando a repensar nuestras prácticas interpretativas, como de igual forma, nuestros actuales sistemas de creencias y estilos del cómo habitar el mundo. Desde el punto de vista del Aprendizaje Transformacional, no hay problemas a resolver allí fuera, independientes de cómo pensamos y sentimos. La forma en que vemos el problema es parte del problema.
Es por esto, que la interpretación que sustentamos sobre una situación y la emocionalidad que la misma nos genera, son los aspectos centrales que debemos abordar para poder accionar con efectividad. Además, existen circunstancias en las que no se trata de resolver el problema, sino de disolver el problema. Son los casos en los que, al transformar nuestra perspectiva de observación, al modificar nuestra interpretación de los hechos, la situación ya no se nos presenta como problemática. Muchas veces este cambio nos permite ver posibilidades u oportunidades que hasta el momento nos resultaban inexistentes. Las conversaciones de coaching están orientadas a lograr un desplazamiento en las observaciones y explicaciones que poseemos sobre nosotros mismos y sobre los demás, sobre el entorno y las circunstancias, sobre lo que juzgamos como posible o imposible, sobre lo que valoramos como amenaza u oportunidad.
En síntesis, el coach conduce a que el consultante pueda separar el fenómeno de su interpretación, es decir, la experiencia de su explicación. Las experiencias remiten a las cosas que nos pasan en la vida y sobre ellas elaboramos interpretaciones y nos contamos historias. Estas narrativas otorgan sentido a lo que sucede y es este significado asignado el que nos abre o cierra posibilidades. El problema no es que las historias que nos contamos sean verdaderas o falsas, lo significativo es que la carga interpretativa que introducimos en ellas nos posibilita o restringe nuestro accionar. El proceso del coaching procura que el consultante pueda discriminar entre los hechos comprobables y la opinión que tiene formada acerca de los mismos. Que pueda revisar los fundamentos y la validez de los juicios elaborados y que reconozca cuáles son las creencias, valores y supuestos implícitos que dan origen a su estructura interpretativa.
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