Para que las personas asuman los cambios y además que los afronten con total garantía, es necesario que estén preparados mentalmente al capital humano de las organizaciones, diseñando políticas que beneficien la salud del trabajador y, de este modo, dotar a las mismas de un valor adicional que incida positivamente en la productividad y ofrezca a sus relaciones un trabajo sano de bajo o inexistente estrés.
Una de los estilos y estrategias de éxito más recomendables consiste en introducir diferentes acciones de coaching especializado en los programas formativos de las empresas o instituciones educativas, dentro de las políticas de formación, o mediante un coach externo, especialista en dotar y proporcionar al grupo humano de la organización de herramientas de gestión completamente definidas y, sobre todo, de conducirlo hacia la búsqueda de soluciones específicas.
Dentro de las prácticas que se han vuelto concluyentes en el mundo organizacional, en los últimos años se destaca la formación de equipos y la capacidad de adaptarse a los cambios, así como ganar provecho de la diversidad. En este sentido, el coaching está siendo considerado una poderosa herramienta para apoyar la implementación de cambios en las organizaciones. Se ha convertido en los últimos tiempos en una herramienta útil tanto en el mundo educativo como en ámbitos individualizado para gestionar el desempeño, manejar el estrés y lograr metas laborales y personales. No obstante, se han publicado muy pocos trabajos centrados, específicamente, en el coaching y la prevención o la aplicación del mismo a temas más relacionados con la seguridad y salud laboral, esta nota técnica subraya el posible papel del coaching para facilitar la promoción de comportamientos saludables y ayudar a los empleados a lograr sus metas con respecto a la seguridad.
Es importante recordar, que las personas no son iguales, y que, además no reaccionan exactamente igual, aunque los estímulos sean idénticos, por tanto, las asignaciones laborales deben estar siempre adaptados a cada empleado, para que pueda crear crear un vínculo de comunicación. El coach es un observador activo, cuestiona, interroga, enseña incluso a preguntar, pero debe inhibirse de establecer conclusiones.
El estudiante que realmente aprende se da cuenta por sí mismo de lo que hace mal en el desarrollo de las funciones que se ha propuesto. Cuando las organizaciones e instituciones educativas adoptan un enfoque basado en el coaching hay ciertos beneficios, se incrementa la responsabilidad con el entrenamiento, el aprendizaje y el desarrollo; se anima a la transferencia del entrenamiento en el lugar de trabajo; se aumenta la relación puesto que los miembros se sienten agradables a dicha organización y la transformación en el éxito; se incrementa la conciencia de sí mismo y se valoran y desarrollan las habilidades interpersonales; se mejora la comunicación en el lugar de trabajo y se crea un ambiente más cordial y de confianza; las personas pasan a ser más autónomos, menos dependientes y más responsables.
En síntesis, las nuevas habilidades y competencias son aprendidas y practicadas y está disponible feedback de progreso para regular las nuevas conductas; se incrementa la cooperación, hay menos competitividad y se alcanzan objetivos de trabajo compartidos. El coaching está siendo considerado una metodología viable para el desarrollo humano al mostrar una gran capacidad para mejorar la eficacia en el lugar de trabajo y en organizaciones de todos los tamaños.
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