Dentro del ambiente del aprendizaje, se señala que un programa tiene que proveer a los estudiantes de conocimientos, habilidades y actitudes. Lo más común es enseñar los conocimientos, lo más difícil son las actitudes. De acuerdo con la Real Academia Española:
Conocimiento: acción y efecto de conocer. Entendimiento, inteligencia, razón natural. Cada una de las facultades sensoriales del hombre en la medida en que están activas. Noción, ciencia, sabiduría.
Habilidad: capacidad y disposición para algo. Gracia y destreza en ejecutar algo que sirve de adorno a la persona, como bailar, montar a caballo, etc. Cada una de las cosas que una persona ejecuta con gracia y destreza. Enredo dispuesto con ingenio, disimulo y maña.
Actitud: postura del cuerpo humano, especialmente cuando es determinada por los movimientos del ánimo, o expresa algo con eficacia. Actitud graciosa, imponente. Las actitudes de un orador, de un actor. Postura de un animal cuando por algún motivo llama la atención. Disposición de ánimo manifestada de algún modo. Actitud benévola, pacífica, amenazadora, de una persona, de un partido, de un gobierno.
Por lo tanto, un objetivo de cualquier acto de aprendizaje, es que debería ser útil en el futuro. Existen dos formas en las que el aprendizaje sirve al futuro. Uno es a través de su aplicación específica a labores que son altamente similares a aquellas que originalmente aprendimos o desarrollamos y que conocemos como habilidades o destrezas. Una segunda forma es a través de la transferencia de principios y actitudes, que consiste en un aprendizaje que no es una destreza sino una idea general, que puede ser utilizada como base para reconocer subsecuentes problemas como casos especiales de la idea originalmente dominada.
Una de las actitudes básicas que debe tener el educador, es ser una persona optimista, ya que mediante ésta poseerá la capacidad para incitar a sus educandos al logro de los objetivos propuestos y hacerlos responsables de su propio trabajo y aprendizaje, propiciando en ellos grandes expectativas del cómo sus propios esfuerzos son parte fundamental para tener éxito y cumplir lo planteado; lo cual lo logrará al demostrarles que les tiene confianza, siendo sincero y haciendo frente a las realidades adversas tomándolas como una fuente constructiva en el resultado de cada labor, como base para el mejoramiento continuo de su desempeño.
En síntesis, la reflexión del estudiante respecto de sus propios procesos de conocimiento, constituye uno de los aspectos fundamentales para desarrollar la capacidad de aprender a aprender. La toma de conciencia sobre los procesos utilizados en el aprendizaje propio, tanto de los procesos reales como de los ideales, facilita mejorarlos y desarrollar la habilidad de aprender de manera continua, dentro y fuera del ambiente escolar.
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