Podemos comenzar reflexionando, que a la gran mayoría de los docentes les interesa que los estudiantes estén motivados por aprender lo que les enseñan, pero, lo que se necesita es que los educandos estén motivados por aprender por cuenta propia. No obstante, es una inquietud observar que varios educandos no encuentran ese estímulo, ese impulsor que los interese involucrarse con el educador en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Tal vez, la mayoría se encuentran motivados para aprobar el año escolar, obteniendo una buena calificación o para terminar la carrera lo antes posible, con un mínimo de esfuerzo y complicación. Es importante exponer que los niños siempre están impulsados por la curiosidad de aprender nuevas cosas. El niño, anhelante por conocer el porqué de las cosas, se desmotiva gradualmente y su pasión por aprender nuevas cosas va disminuyendo. El aprendizaje tiende a cambiar por un compromiso y obligación, más que en un disfrute por sí mismo.
La eficacia en la culminación de un año escolar es frecuentemente menor del 50%. Inclusive, muchos estudiantes dejan de obtener su título profesional, presentando sus exámenes escritos y orales, al estar posiblemente motivados por otros estímulos, como los laborales. Muchas veces, el educador observa que en su clase asisten un cierto número de estudiantes, aparentemente interesados en la clase, pero varios de ellos se encuentran mentalmente ausentes, reflexionando sobre otros temas de su verdadero interés en ese momento.
La motivación es un constructo psicológico utilizado para explicar el comportamiento voluntario. La motivación académica involucra un deseo de desempeñarse bien en el aula y dicho deseo, se ve reflejado en conductas voluntarias que eventualmente llevan a un desempeño contrastable. Asistencia a clases es un comportamiento voluntario, que se combina con otros para reflejar el nivel de motivación académica. El autor Pintrich expresó que la motivación académica en términos de interacciones recíprocas tiene tres componentes:
- El contexto de la clase.
- Los sentimientos y creencias de los alumnos sobre su propia motivación.
- Los comportamientos observables de los alumnos.
En síntesis, un gran reto que se le presenta al docente, es lograr una motivación positiva para que sus estudiantes puedan aprender-aprender. Motivar es el estado interno o condición que activa el comportamiento y lo orienta en una dirección dada. Es el despertar, dirección y persistencia en el comportamiento.
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