Frente a la directriz tradicional en los modelos conductistas, a entender el aprendizaje como el resultado de la formación mecánica de asociaciones entre estímulos, o bien entre estímulos, respuestas y consecuencias, la teoría de Bandura recurre a procesos cognitivos internos, incluso para explicar las formas más simples de aprendizaje como el condicionamiento clásico y la formación de conductas activas simples.
De acuerdo con el contexto, las respuestas somáticas de mecanismos biológicos de inmunidad a ciertos estímulos, o en la formación de respuestas emocionales simples por condicionamiento clásico, intervienen componentes cognitivos tales como capacidad de predicción. Como expresa el autor Bandura, los humanos no se limitan a responder a los estímulos del medio, sino que los interpretan. Los estímulos influyen en la probabilidad de que se efectúen determinadas conductas gracias a su función predictiva y no porque se vinculen automáticamente a las respuestas.
El argumento de las conductas operantes, adquieren valor predictivo al asociarse con diversas consecuencias de las respuestas. En un estudio sobre la influencia de señales sociales en la conducta, el autor Birnbrauer distinguió, que el docente, no sólo proporciona modelos de conducta, actitudes y estrategias a los estudiantes, sino que establece, queriéndolo o no, un medio estimular previsible sobre el que trabajan activamente los mecanismos predictivos de los educandos. Estos son capaces de extraer información predictiva de reglas sociales sutiles. Un buen ejemplo es el del educador que asigna labores a sus estudiantes pero no se preocupa por controlar su realización. Los educados aprenderán enseguida a no hacer esas asignaciones.
El valor predictivo de las eventualidades de aprendizaje no sólo es una propiedad de las contingencias directas. La capacidad simbólica humana permite que se adquiera esa información predictiva sin pasar por procesos de aprendizaje a través de la experiencia propia.
En síntesis, la teoría cognitiva social considera que el aprendiz es un predictor activo de las señales del medio y no una máquina que forma asociaciones. Ese predictor aprende expectativas, y tales intereses son aprendidos por la capacidad de atribuir valor predictivo a las señales del medio. Asimismo, las señales no son sólo condiciones del medio que se han relacionado directamente con la conducta del que aprende, sino que además, los símbolos transmitidos por otros, y conductas de otros adquieren valor predictivo en función de sus consecuencias.
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