Educar ha sido una de las inquietudes más constantes a lo largo de la historia de la humanidad, la formación integral del individuo era y es el objetivo principal de cualquier proceso de aprendizaje. Al resultado de dicha formación contribuye, de un modo especial la afectividad estable, serena y equilibrada, mediante la cual el sujeto establece relaciones con su entorno, primero con sus padres, y después las amplía el resto de la sociedad.
El equilibrio afectivo-emocional, permite al estudiante alcanzar una personalidad madura. Este proceso evolutivo debe integrar y armonizar diversos aspectos, entre los que podemos citar:
El equilibrio afectivo-emocional, permite al estudiante alcanzar una personalidad madura. Este proceso evolutivo debe integrar y armonizar diversos aspectos, entre los que podemos citar:
- Rasgos Codificados: Sistema nervioso central, Sistema nervioso autónomo, Sistema glandular, Constitución física, Capacidad intelectual etc.
- Desarrollo psicomotor: que ayudan al estudiante a ampliar su entorno físico iniciando así una etapa de exploración e independencia que le permita moverse y relacionarse con los objetos libremente.
- Desarrollo intelectual: mediante el cual interioriza, comprende e interpreta la estimulación externa, iniciando la formación de sus estructuras cognitivas.
- Desarrollo afectivo-social: que permite establecer relaciones con los demás ampliando y enriqueciendo su proceso de socialización.
- Las experiencias: transmitidas por los agentes sociales (familia, escuela, sociedad) contribuirán a que el sujeto alcance dicha maduración.
La experiencia educativa limitadamente ha estimado la importancia que tiene la afectividad en el desarrollo y adquisición de una personalidad equilibrada y estable, por el poco valor que hasta ahora, se le ha atribuido para el éxito académico. Sin embargo, si se tiene en cuenta que la educación debe orientarse al pleno desarrollo de la personalidad de los estudiantes, el desarrollo cognitivo debe complementarse con el desarrollo emocional. La educación emocional debe dejarse sentir en las relaciones interpersonales, en el clima de aula y en el trabajo académico.
Desde una perspectiva amplia, la educación emocional es un perfil de prevención de actos violentos, estados depresivos, consumo de drogas, etc. No se debe olvidar que los estudios realizados sobre la violencia escolar ponen de manifiesto que los jóvenes transgresores presentan carencias en habilidades emocionales, como el control de los impulsos o la capacidad para ponerse en lugar del otro.
La afectividad, es un tema recuperado por la Psicología Cognitiva. La emoción forma en la actualidad un capítulo muy importante de la Psicología Evolutiva y de la Psicología de la Educación. A través de las emociones el sujeto expresa gran parte de su vida afectiva (alegría, tristeza, ira, celos, miedo...), sin la emoción seríamos máquinas y por tanto insensibles. Aunque durante mucho tiempo las emociones-sentimientos debían ser disimuladas, hoy en día forman parte de la motivación, y en ciertos momentos pueden ser determinantes de nuestra conducta, transmitiendo sin palabras nuestro estado de ánimo.
La actual investigación atribuye un papel importante a habilidades tales como: el control de las emociones, saber ponerse en lugar de los demás o el fomento de una actitud positiva ante el mundo y las cosas, para prevenir las conductas violentas y los conflictos interpersonales. Estas habilidades, que tienen que ver con lo que se denomina inteligencia emocional, tradicionalmente han sido olvidadas tanto por la educación formal (en la institución educativa), como por la educación informal (socialización y educación medio ambiental). La educación, principalmente la escolar, se había centrado en el desarrollo de las capacidades cognitivas y había descuidado la educación afectivo-emocional.
La afectividad, emociones, sentimientos y pasiones, desempeña un papel importante en nuestras vidas. Están radicadas biológicamente en nuestra naturaleza y forman parte de nosotros, lo queramos o no.
- La ira expresamos malestar y puede servir para defendernos de una situación de peligro.
- La ansiedad nos permite estar en estado de alerta ante situaciones difíciles.
- La tristeza es una forma de expresar el dolor que llevamos dentro o nos lleva a pedir ayuda.
- Las rabias, manifestamos insatisfacción y frustración, etc. Las emocionas, sentimientos, etc. son necesarios; ahora bien, las emociones, pasiones… pueden dispararse en momentos determinados sino se ejerce el debido control sobre ellas, pueden salir de nuestro control y esto puede llegar a afectar a nuestro bienestar psicológico o repercutir en los demás, de ahí la necesidad de una adecuada educación afectiva.
La educación en la afectiva se realiza por contagio social. No es necesaria una sistematización para educar afectivamente, se realiza de forma espontánea y natural mediante la educación familiar, escolar y mediante el proceso de socialización y culturización ambiental. Dicho esto hay que matizar esta frase afirmando que el desarrollo emocional del estudiante es un tema complejo, difícil de delimitar, por las múltiples conexiones que la esfera afectiva tiene con los restantes procesos físicos y psíquicos del estudiante. Las emociones desempeñan un papel de máxima importancia en la vida del estudiante. Añaden placer a sus experiencias cotidianas, sirven de motivación para la acción. Las respuestas afectivas se vinculan con todas las situaciones y relaciones humanas: con los padres, con el entorno, con el grupo de iguales, en el trabajo o aula, en la actividad sexual, social y moral, en los procesos cognitivos, etc. Condicionan todos los ámbitos de la vida de la persona.
Las emociones están presentes y nos acompañan en toda nuestra vida. De hecho puede decirse que vivimos emocionalmente (Darder, 2001). Estamos tristes o nos sentimos felices en función de las actividades que realizamos. Así, nos relacionamos más con las personas con las que nos sentimos más a gusto. Nos cuesta trabajar en aquello que no nos motiva y nos entusiasmamos cuando algo nos resulta gratificante.
La educación afectivo-emocional es un proceso educativo continuo y permanente que pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento del desarrollo cognitivo, para posibilitar el desarrollo de la personalidad integral. La educación emocional es una forma de prevención, cuando todavía no se ha producido la disfunción. Por extensión, implica fomentar actitudes positivas ante la vida, habilidades sociales, empatía, etc., como factores de desarrollo de bienestar personal y social.
El concepto de Afectividad, es la respuesta emocional y sentimental de una persona otra persona, a un estímulo o a una situación. En sentido amplio, en el término de afectividad se suele incluir tanto las emociones y los sentimientos como las pasiones.
La mayoría de los autores afirman, que las emociones tienen un claro componente hereditario, sin embargo, las diferencias de salud, del medio familiar y del ambiente, producen variaciones en las manifestaciones individuales, tanto en la frecuencia e intensidad como en la duración de las diversas emociones. En la emoción influyen tanto elementos genéticos de maduración del individuo, como los elementos situacionales del aprendizaje.
Aunque las emociones-sentimientos están presentes al nacer, el desarrollo emocional se debe tanto a la acción de la maduración como a la del aprendizaje, operando estos dos componentes juntos y a la vez. El aprendizaje y la maduración están íntimamente entrelazados en las emociones-motivaciones-sentimientos-pasiones, resultado muchas veces difícil determinar lo que se debe a la maduración y lo que pertenece al aprendizaje, es decir, lo que es herencia (genético) y lo que pertenece al medio (adquirido).Por tanto, es difícil conocer experimentalmente los determinantes genéticos de las emociones.
Se puede decir que no hay formas universales en las manifestaciones de las emociones. Primero son los factores innatos los que influyen, aunque son los factores ambientales, principalmente, los que determinan las diferencias o semejanzas de la expresión y manifestación de las emociones. Es decir, la forma peculiar y propia de vivenciar las emociones cada persona, depende de sus capacidades biológicas y psicológicas en interacción permanente con el medio sociocultural que le rodea. Además, el efecto de los factores genéticos y de los factores ambientales está mediatizado por la edad de cada individuo, por el sexo, la clase social, étnia, etc.
Las distintas emociones aparecen gradualmente a lo largo del desarrollo psicológico del estudiante y constituyen el vínculo entre los sentimientos, el carácter y los impulsos morales. La mayoría de las señales de casi todas las emociones básicas están presentes en la infancia. La capacidad de responder emocionalmente está presente en el recién nacido, como parte del proceso de desarrollo, y no necesita ser aprendida.
Para concluir, la educación es un proceso interpersonal, mediado de emociones que influyen en el acto educativo, induciendo reacciones según la situación de enseñanza-aprendizaje vivenciada. Por ello, las emociones representan en la actualidad una de las construcción teórica más estudiados debido a la poca importancia que se le había dado en el campo educativo durante el siglo XX, bajo el paradigma positivista. Es por ello, que en la actualidad se plantea hacer mayor énfasis en los estados emocionales presentes en el proceso enseñanza-aprendizaje, en el impulso de emociones positivas para el desarrollo de habilidades y destrezas, así como el desarrollo de actitudes y valores para la comprensión por el otro en la convivencia, los valores de pluralismo, comprensión mutua y paz en el orden de lograr una formación ideal de la personalidad en un ambiente emotivo, afectivo, motivador, armónico, creativo y desde una esfera de amor y mucho dialogo.
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