El aula de clases, es un lugar de aprendizaje de competencias cognitivas y socio-emocionales, entre otras. La falla de competencias cognitivas se plasma en bajos resultados académicos, mientras la falta de competencias socio-emocionales se materializa en la aparición de conflictos, generalmente interpersonales, que regularmente acaban reflejados en amonestaciones disciplinarias.
No se puede hablar por separado de rendimiento académico y de convivencia, debido a que ambos forman parte de un único currículo, si se entiende éste como instrumento al servicio de una formación integral y de un desarrollo personal equilibrado. Casi todos los conflictos presentes en las aulas de clases son un reflejo de la ausencia de competencias socio-emocionales: faltas de respeto y autocontrol, agresividad, desmotivación, ausencia de límites, son ejemplos de problemas que caen absolutamente dentro del ámbito de lo socio-emocional.
Desde este punto de vista, deben ser vistos como señales de carencias competenciales y ser considerados como ocasiones aprovechables para educar-entrenar socioemocionalmente a los estudiantes mediante la corrección sistemática de conductas y actitudes inadecuadas. Las personas, van adquiriendo nuevos aprendizajes sociales momento a momento, de forma vivencial, internalizando todas las experiencias vividas u observadas y construyendo hábitos y actitudes pro-sociales o anti-sociales. Es, por tanto, el método inductivo-vivencial el que le va socializando.
El método inductivo consiste en aprovechar cualquier situación que se presente en el aula de clases con implicaciones socio-afectivas para abordarla desde una perspectiva educativa, formativa y proactiva, es decir considerándola como una ocasión para aprender y practicar habilidades sociales y emocionales. Pero, no se trata de un tratamiento secundario en el que se crea y se actúa intuitivamente para salvar cada situación, sino que está precedido de una preparación socio-emocional del docente, que debe haberse proporcionado previamente de estrategias, actividades y recursos que irá aplicando conforme se presenten las situaciones problemáticas.
Este método, de acuerdo a varios autores es el que tiene mayor potencial educativo al presentar las siguientes ventajas respecto a las otras rutas:
1. Se puede aplicar de forma generalizada, por todos los educadores a toda hora, especialmente cuando se han unificado previamente criterios de aplicación, principios de actuación y estrategias de intervención, lo que proporciona credibilidad y coherencia.
2. No precisa una dedicación horaria muy extensa, al limitarse a intervenciones breves, más o menos frecuentes en función de la problemática de cada clase.
3. No necesita una preparación teórica excesiva por parte del docente ni una coordinación compleja.